que enseñanza te deja lucas:12 32-33
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
32No temáis, manada pequeña; porque al Padre ha placido daros el reino. 33Vended lo que poseéis, y dad limosna (griego: eleemosunen); haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe.34Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.
“No temáis” (v. 32a). En versículos 22-31, Jesús dice a los discípulos que no se preocupen ni se angustien, porque el Padre conoce nuestras necesidades (v. 30). Si primero buscamos el reino del Padre, nos dará ambos el reino y todo lo demás que necesitemos (v. 31).
“manada pequeña” (v. 32b). “La ‘manada pequeña’ en este caso representa a los discípulos y, por medio de ellos, a la temprana iglesia cristiana” (Farris, 384).
“porque al Padre ha placido daros el reino” (v. 32c). Jesús dice que al Padre le place darnos el reino. Igual que no debemos angustiarnos por nuestro pan de cada día, tampoco debemos angustiarnos por nuestra herencia del reino.
“Vended lo que poseéis, y dad limosna” (v. 33a). Ambos en este Evangelio y en el libro de Hechos, Lucas enfatiza la virtud de caridad (Lucas 3:10-11; 6:38; 10:33-35; 11:41; 19:8; Hechos 6:1-4; 10:4; 11:29-30; 20:35). También relata como los primeros discípulos cambiaron su propiedad privada por una propiedad comunitaria (Hechos 2:44-46; 4:32-37). Es un método radical, lleno de fe, con el que mirar el dinero y la propiedad.
Nada de esto tiene sentido sin la fe que Dios ya ha establecido el reino y nos ha invitado a comenzar a vivir bajo las Reglas del Reino. El mundo dice, “Toma todo el gusto que puedas” – y “Cuida de número uno” – y “El que muera con más juguetes gana.” Jesús da la vuelta a este pensamiento terrenal cuando dice, “Vended lo que poseéis, y dad limosna.”
La palabra traducida ‘limosna’ en la NRSV es eleemosunen, relacionada con la palabra eleeo, que significa “ser generoso” o “mostrar merced o simpatía.” También está relacionada con la palabra inglesa “eleemosynary,” que tiene que ver con el negocio de la caridad. Generalmente, dar limosna significa dar dinero, pero a un nivel más profundo tiene que ver con proveer lo necesario – dinero – comida – echar una mano – prestar un oído. Hay mucha gente necesitada, y no todos necesitan dinero.
“haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta” (v. 33b). Cuando Jesús dice a los discípulos que vendan sus posesiones y que den limosna, se refiere a algo más que una caridad de tienda de segunda mano – algo que va más allá de dar solamente lo que ya no necesitemos. Ya que dar limosna genera tesoros en el cielo, no tiene sentido limitar limosna a lo que tiene poco valor. La persona sabia dará de manera generosa. El don de cosas terrenales (atadas al robo y la degradación) consta una inversión en el cielo (una bolsa que no envejece). Dar las cosas que nos serán útiles solo temporáneamente produce fondos que podemos retirar a lo largo de eternidad.
Hay una tensión aquí entre salvación por medio de gracia y salvación por medio de obras. Hemos de tener cuidado de no hacerlo sonar como si obras caritativas pueden ganarnos la salvación aparte de nuestra relación con Cristo. También hemos de tener cuidado de no descontar las recompensas que Jesús promete a cambio de limosna.
“tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe” (v. 33c). Hoy, hay un sinfín de corrupciones de tesoro terrenal. Ladrones todavía nos preocupan, pero las más grandes amenazas a la riqueza son las fluctuaciones en el mercado y la moneda, inflación, impuestos sin límites, inversiones públicas que fallan, la firma de un burócrata, litigación, desastres naturales, y obsolescencia. Además, está el calentamiento global, la contaminación del aire, y la posibilidad de quedar enterrados por nuestra propia basura. Desde el 9/11, hemos empezado a conocer el peligro del terrorismo químico, biológico, o nuclear. Comparados con estos desastres, ladrones y polillas son irritantes menores. Sin embargo, sirven para recordarnos de la corruptibilidad de nuestras posesiones.
“Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón” (v. 34). El mundo cree lo contrario. El mundo nos dice que encontremos algo que nos guste y que utilicemos nuestro dinero para conseguirlo. Ese comportamiento termina en excesos por parte de los que buscan cumplimiento a través de posesiones o aventuras costosas. En lo peor, llega a ser un comportamiento auto-destructivo como la adicción de drogas. Jesús ofrece una alternativa, diciéndonos que demos limosna y asegurándonos que nuestros corazones seguirán nuestra caridad. Ese principio es uno que cristianos han demostrado una y otra vez. Gente que ayuda a los demás encuentra que se preocupa por los que ayudan – disfrutando de una vida llena de significado que resulta de cumplir necesidades verdaderas.
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