¿Qué elementos podríamos encontrar en una aldea neolítica?
Respuestas a la pregunta
Respuesta: El proceso de sedentarización provocado por la revolución neolítica estableció una nueva etapa en la vida del hombre: las aldeas neolíticas. La amplia disponibilidad de alimentos significaba que él pudiera vivir en un lugar durante un largo periodo de tiempo, en la medida que la práctica de la agricultura le pudiera asegurar una vida más estable. Otra consecuencia directa fue el aumento de la población humana, que naturalmente dio paso a la formación de las comunidades más numerosas. Así, la transformación promovida por la revolución agrícola vino acompañada por la formación de las primeras aldeas neolíticas. Entre 6.000 y 8.000 a.C., esos agrupamientos humanos se habían extendido en el sur de Europa, norte de África y Asia sudoccidental. Toda la región de llamado Creciente Fértil se transformó en la principal localización de grupos que presentaban formas más complejas de orientar sus relaciones y prácticas cotidianas. En general, la mayoría miembros de la aldea poseía un grado de parentesco entre ellos mismos, teniendo en cuenta que algunas familias formaban el conjunto de la comunidad. También conocidas como clanes, esas familias se juntaban a otras para la formación de una sociedad tribal. En ese estadio, todavía no podríamos dejar de citar la presencia de un poder político superior, pues las principales decisiones eran dejadas a cargo del miembro más viejo de cada familia. Algún tiempo después, la organización podría delegarse a la figura de un patriarca, que, a través de la elección entre los líderes de la aldea principal, debería ordenar las cuestiones de carácter religioso, político y militar. Inicialmente se llevaron a cabo las actividades por todos los miembros, no habiendo distinciones que organizasen el papel social de cada individuo en la comunidad. En ciertos casos, esta división se basaba sólo en las tareas permitidas a hombres y mujeres. El tipo de trabajo realizado aún no tenía un elemento de distinción social. La obligación de cultivar los campos, regular las inundaciones, cuidar de animales domésticos, explorar los bosques, cazar animales, drenar los pantanos, fabricar tejidos o desarrollar cerámica podría ocurrirle a cualquier miembro de la comunidad. Pasando la rara disponibilidad de excedentes, la producción agrícola alcanzada por una aldea neolítica era igualmente dividida entre su población. Con el paso del tiempo, estas sociedades de aldeas fueron creciendo aún más, haciendo que las actividades de cultivo fueran destinados solamente a una parte de la población. De esta manera, los campesinos intercambiaron sus excedentes de producción agrícola por herramientas, utensilios y otros productos de interés para su propio uso. La actividad comercial dio sus primeros pasos y con él las relaciones económicas y sociales ganaron otra forma de relacionamiento social. Se daba inicio a las primeras ciudades de la antigüedad.
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