qué elementos no indoeuropeos colaboran en la conformación del español actual
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
ue el primero en notar las similitudes entre el sánscrito, el latín y el griego, e incluso entre el alemán y el ruso, en una memoria enviada a la Académie des inscriptions et belles-lettres de Francia en 1767. A veces se atribuye erróneamente al filólogo británico sir William Jones haber sido el primero en notar las semejanzas entre el sánscrito, el latín y el griego, pues en The Sanskrit Language (1786) supone que esas tres lenguas tienen una raíz común y que, además, pueden estar ligadas al gótico, a las lenguas celtas y al persa. Franz Bopp apoyó esta hipótesis al comparar sistemáticamente estas lenguas con otras y encontrar múltiples cognados. Desde el siglo XIX, los estudiosos llamaron a esta familia lenguas indogermánicas. Posteriormente pasó a emplearse el término indoeuropeo (excepto en alemán). Un buen ejemplo de la conexión indoeuropea es la enorme similitud descubierta entre el sánscrito y dialectos antiguos del lituano.
El idioma común ancestral se conoce como protoindoeuropeo. Existe desacuerdo en torno al punto geográfico en el que se originó (urheimat). Los principales lugares propuestos son el sur de Rusia, el óblast de Kurgán, el sudeste de Ucrania, Armenia o Irán.
Esta familia está formada por las siguientes subfamilias: albanesa, armenia, báltica, céltica, eslava, germánica, griega, indoirania (que incluye las lenguas indoarias y las iranias) e itálica (que incluye el latín y las lenguas románicas). A ellas se suman dos subfamilias hoy desaparecidas: la anatolia (que incluye la lengua de los hititas) y la tocaria. Desde la segunda mitad del siglo XVIII, y durante todo el siglo XIX, la lingüística histórica y la neogramática intentaron reunir datos suficientes para demostrar que este conjunto de lenguas, aparentemente diversas, formaban parte de una única familia.
Los documentos del sánscrito y del griego clásico (los más antiguos de las lenguas indoeuropeas si exceptuamos los hititas, que por entonces no estaban descifrados) presentan las formas características propias de las lenguas indoeuropeas, lo que demuestra la existencia de una lengua madre común. Las relaciones entre el sánscrito, el griego clásico y el latín se habían comprobado ya hacia principios del siglo XIX.
Por otro lado, los gramáticos de la India elaboraron una clasificación sistemática de los elementos que constituyeron antiguamente el sánscrito. El estudio realizado en la India se completa con otro estudio sistemático y comparativo de los sistemas fonéticos y gramaticales de las lenguas europeas.
La conclusión de este esfuerzo conjunto fue el establecimiento de la existencia del protoindoeuropeo, lengua madre común a los idiomas estudiados, efectuándose una reconstrucción de los rasgos fonéticos y gramaticales que este debía tener. El indoeuropeo es, pues, una lengua reconstruida y fechada hacia el 3000 a. C., puesto que hacia el 2000 a. C. ya se encuentran rasgos de diferenciación notables entre las lenguas nacidas del mismo.
En general, las lenguas indoeuropeas, muestran cierta pérdida progresiva de la flexión. Por lo que se supone, el protoindoeuropeo fue una lengua muy flexiva, como lo demuestran otras lenguas clásicas, como el sánscrito, el avéstico y el griego. Frente a esto, algunas lenguas modernas, tras un largo proceso evolutivo, están orientadas hacia una vía analítica, como por ejemplo el inglés, el francés y el persa, usando complementos con preposición y verbos auxiliares en lugar de la declinación nominal y la conjugación verbal; otras, como el español o el italiano siguen manteniendo una gran flexión en sus conjugaciones, tiempos y modos verbales aunque también han perdido la mayor parte de la flexividad en sustantivos y adjetivos que se daba en las declinaciones latinas; mientras que lenguas como el alemán o el ruso, en cambio, mantienen un sistema de declinaciones.
En gran parte, la pérdida de los elementos flexivos ha sido el resultado de un largo proceso que ha conducido a la pérdida de las sílabas finales de las palabras; así, muchas de las indoeuropeas eran más breves que las correspondientes protoindoeuropeas. Además, en otras lenguas ha tenido lugar el desarrollo de nuevos procedimientos gramaticales y ha habido numerosos cambios de significado en algunas palabras concretas
Explicación:
Las lenguas indoeuropeas son lenguas altamente fusionantes.
El alineamiento morfosintáctico es de tipo nominativo-acusativo.
La categoría gramatical de número se marca obligatoriamente tanto en los nombres y pronombres como en las formas personales del verbo. La mayoría de las lenguas distinguen solo singular y plural, aunque algunas lenguas poseen también dual.
La gran mayoría de las lenguas indoeuropeas poseen algún tipo de distinción de género gramatical, si bien algunas lenguas como el inglés restringen esta distinción a los pronombres personales y en otras lenguas, como el armenio y el persa moderno, las distinciones de género gramatical han desaparecido por completo.