¿Que elementos distinguen a las personas del resto de los seres vivos? ¿Que conforma el conjunto de esos elementos?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Como se ha indicado, las vegetativas son las funciones básicas de todo ser viviente (vegetal, animal o humano). Son, además, las que precisamente distinguen a un ser viviente de un ser inerte4. Como se recordará, Aristóteles describió al alma como principio intrínseco de operaciones5, término que siempre se ha tomado como sinónimo de vida. Ahora bien, si vida y alma son equivalentes, plantas y árboles también tienen un alma, porque están vivas. Con todo, la vegetal es un alma o vida peculiar, muy distinta -por inferior- de la sensible y, por supuesto, de la humana. Ahora bien, la sensible y la humana también disponen de vida vegetativa. Por eso El Estagirita consideraba que la vida vegetativa es común a estos tres tipos de seres vivos6. Además, desde él, se considera que la vida vegetativa está conformada exclusivamente por tres funciones: la nutrición, la reproducción celular y el desarrollo7.
Como es sabido, la vida vegetativa comporta un movimiento vital que transforma en su propia vida lo inerte o lo vivo, de cara a seguir viviendo y a crecer. Por una parte, asimila lo distinto (nutrición); por otra, reduplica lo propio tras la maduración de sus células (reproducción celular); y todo ello con vistas a desarrollar su propia vida especializándola en determinadas direcciones, todas ellas ordenadas entre sí (desarrollo)8. No es, pues, la vida vegetativa una acción-reacción, como los movimientos físicos, tal como se da, por ejemplo, en el impulso que recibe una pelota de tenis al ser golpeada por la raqueta de un jugador, sino una incorporación de lo externo a sí, transformándolo en su propia vida, y educiendo de ello más vida. Las funciones vegetativas son las que tienen por objeto el mismo cuerpo9, vivificado y ordenado por ese principio vital (al que tradicionalmente se denomina alma)10. Se trata, pues, de tres funciones jerárquicamente distintas vinculadas entre sí por una neta subordinación de la inferior a la superior. Este orden de menos a más es el siguiente, según la filosofía medieval: nutrición, desarrollo y reproducción11
Lo propio de estas funciones es que su fin permanece en el propio ser vivo, no en algo externo. En esto tales funciones se distinguen de los demás movimientos de la realidad física inerte, pues estos últimos son procesales, transitivos, y terminan en algo externo (ej. escribir, pintar, cocinar, etc.). Un movimiento transitivo no posee en sí el efecto o término de la acción. Al serrar -el ejemplo es de Tomás de Aquino [7, 9]12-, mientras dura tal acción, no se posee la madera serrada, y cuando se posee el efecto de la acción, la madera cortada, de la acción no queda ni rastro; además, no se sigue serrando. Al edificar -ejemplo de Aristóteles [4, 10, 11]13-, no se tiene todavía la casa construida, y cuando se termina el edificio se cesa de edificar. Al pintar un lienzo, el cuadro es el efecto externo, que no lo posee la acción artística de pintar. En cambio, al alimentarse, el alimento se transforma intrínsecamente en vida de la propia vida, se sigue viviendo y se crece vitalmente. Al madurar una célula, esta se divide y procede a la multiplicación intrínseca del organismo. A la par, esa multiplicación celular interna es diferenciada según tipos de células.
Explicación: