que elementos del entorno utiliza el autor para ridiculizar el defecto en el que se basa su poema
a una nariz
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Respuesta:
Utilizo la versión publicada en el Parnaso español, la principal colección de poesía de Quevedo, debida a su amigo José González de Salas, aparecida póstumamente en 1647. Se conocen variantes conservadas en diversos manuscritos, de las que analizaré después algunos detalles que interesan a efectos del comentario.
Los títulos de los poemas del Parnaso parecen en su mayor parte debidos a González de Salas, el editor, de manera que no vamos a tomarlos muy en cuenta, aunque a veces son bastante significativos. Este mismo epígrafe que reza «A un nariz» (otros testimonios leen «A un hombre de gran nariz», «A un narigón», etc.) nos pone en la pista del tema, esto es, un figura narigudo.
El tema resulta fácilmente identificable, y debemos situarlo en el terreno de las llamadas figuras, un concepto satírico que el propio Quevedo cultiva abundantemente y que incluso llega a teorizar en opúsculos tempranos como el de Vida de corte, donde establece un catálogo de figuras naturales y artificiales. Un personaje figura es todo aquel caracterizado por una extravagancia o exageración ridícula, de cualquier tipo que sea (física, moral...). Figuras naturales llama Quevedo a aquellos que lo son de su naturaleza, y menciona como ejemplos a los calvos, contrahechos, etc.; los artificiales son los que se construyen a sí mismos como figuras: lindos, valientes de mentira, aduladores...
Un hombre de gran nariz es, pues, un ejemplo de figura natural, objeto de comentario burlesco, como cualquier otra deformidad o exageración tenida por ridícula.
El tema pertenece, por otro lado, a una larga tradición de burlas a deformidades corporales o rasgos caricaturescos, en especial a las relativas a grandes narices, como recuerda en una nota González de Salas: «Los epigrammatarios griegos tropezaron mucho en las narices grandes; y ansí fatigaron, con no poca agudeza a los narigudos muchas veces. En el libro II de la Antología, cap. 13, se hallarán buen número de epigrammas que prestaron el argumento a este, y conceptos también».
Es poema, por tanto, que incluye elementos de inspiración clásica. A pesar de las fuentes clásicas Quevedo actualiza el tema integrándolo en el conjunto de motivos característicos del XVII: por ejemplo, insertando los chistes sobre la calidad judía de estas narices (otro tópico), según un mecanismo de adaptación que se da también en otras composiciones quevedianas, y con otros temas. Otro tipo de adaptación del tema, que deriva hacia la burla de tópicos líricos es el romance núm. 684 «Celebra la nariz de una dama», donde se pueden encontrar otra serie de metáforas con estructuras análogas a la de este soneto:
promontorio de la cara,
pirámide del ingenio,
pabellón de las palabras,
zaquizamí del aliento