que ejemplo de desigualdad en los roles que desempeñan las mujeres y los hombres
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Estudios
Las mujeres que superan el acceso a la universidad son casi el 60%, mientras que la cifra en los hombres es de un 41%. En cuanto a los resultados, ellas aprueban un 82%; ellos, un 72%. Unos datos que contrastan con las cifras de brecha salarial que veremos a continuación.
Empleo
El salario medio anual de una mujer es un 22,17% más bajo que el de un hombre, un buen ejemplo de la desigualdad de género. La tasa de empleo en mujeres es del 44% mientras que la de los hombres es del 55,7%.
Por otra parte, las mujeres invierten 26,5 horas en trabajo no remunerado, mientras que los hombres solo dedican 14 h horas a estos trabajos.
En el caso de las pensiones, según datos de 2018, la diferencia también es significativa. Una pensionista recibe una media de 740,2 euros mensuales, mientras que su equivalente masculino cobra alrededor de 1.162,3 euros.
desigualdad entre hombres y mujeres
Conciliación
En cuestiones de conciliación también se aprecia desigualdad de género. De entre las personas que no han podido costear servicios para el cuidado de los hijos y, por ello, no buscan empleo, el 35,8% son mujeres y solo el 9% son hombres. En el caso de que solo decidan realizar un recorte de jornada, el 95% de los ocupados a tiempo parcial por estos motivos son mujeres. Además, las cifras relativas a trabajadores que han dejado de ejercer por un periodo mayor de un año con motivo del nacimiento de un hijo también son esclarecedoras: en el caso de los hombres, el porcentaje es de un 7,4%, mientras que el de mujeres es de un 38,2%
Hogar
Las tareas del hogar se reparten también de forma poco equitativa. En general, las mujeres dedican una media semanal de 20 horas a poner a punto su casa, mientras que los hombres solamente una media de 11 horas. Además, la tasa de riesgo de pobreza también es mayor en la población femenina, un 21,3% frente al 20,1% de los hombres.
Poder
También en política podemos ver la desigualdad entre ambos géneros. La participación de las mujeres en cargos ejecutivos de los principales partidos políticos se cifra en un 38%. Y según datos de la ONU, el 90% de los jefes de estado del mundo son hombres, y, en cuanto a las personas que conforman los parlamentos, ¡encontramos que la cifra de hombres es del 76%!
Explicación:
Estudios
Las mujeres que superan el acceso a la universidad son casi el 60%, mientras que la cifra en los hombres es de un 41%. En cuanto a los resultados, ellas aprueban un 82%; ellos, un 72%. Unos datos que contrastan con las cifras de brecha salarial que veremos a continuación.
Empleo
El salario medio anual de una mujer es un 22,17% más bajo que el de un hombre, un buen ejemplo de la desigualdad de género. La tasa de empleo en mujeres es del 44% mientras que la de los hombres es del 55,7%.
Por otra parte, las mujeres invierten 26,5 horas en trabajo no remunerado, mientras que los hombres solo dedican 14 h horas a estos trabajos.
En el caso de las pensiones, según datos de 2018, la diferencia también es significativa. Una pensionista recibe una media de 740,2 euros mensuales, mientras que su equivalente masculino cobra alrededor de 1.162,3 euros.
Conciliación
En cuestiones de conciliación también se aprecia desigualdad de género. De entre las personas que no han podido costear servicios para el cuidado de los hijos y, por ello, no buscan empleo, el 35,8% son mujeres y solo el 9% son hombres. En el caso de que solo decidan realizar un recorte de jornada, el 95% de los ocupados a tiempo parcial por estos motivos son mujeres. Además, las cifras relativas a trabajadores que han dejado de ejercer por un periodo mayor de un año con motivo del nacimiento de un hijo también son esclarecedoras: en el caso de los hombres, el porcentaje es de un 7,4%, mientras que el de mujeres es de un 38,2%
Hogar
Las tareas del hogar se reparten también de forma poco equitativa. En general, las mujeres dedican una media semanal de 20 horas a poner a punto su casa, mientras que los hombres solamente una media de 11 horas. Además, la tasa de riesgo de pobreza también es mayor en la población femenina, un 21,3% frente al 20,1% de los hombres.
Poder
También en política podemos ver la desigualdad entre ambos géneros. La participación de las mujeres en cargos ejecutivos de los principales partidos políticos se cifra en un 38%. Y según datos de la ONU, el 90% de los jefes de estado del mundo son hombres, y, en cuanto a las personas que conforman los parlamentos, ¡encontramos que la cifra de hombres es del 76%!
La sociedad sigue asociando roles a niños y niñas. Los chicos son fuertes e independientes, y ellas son vulnerables y deben ser protegidas.
Hay conductas que no son válidas si eres una niña. A las niñas se las restringe salir de casa y, si llegan tarde, sus progenitores se molestarán, pero es algo que no está mal visto si eres un niño.
A cada género se le presupone un determinado comportamiento. La sociedad espera una forma de ser, una apariencia o vestimenta definida según el género. Y no está bien visto quién no dé el “perfil”, por lo que puede sufrir presiones o castigos para ajustarse al comportamiento que es considerado el apropiado para su género.
En el deporte sucede algo similar. A las niñas y a los niños se les incita a practicar juegos diferentes, y es el profesorado quien debe velar por la igualdad de condiciones en la práctica de cualquier deporte, ya sea nivel curricular o en actividades de tiempo libre o extraescolares. Es en la educación donde podemos actuar de raíz para eliminar la desigualdad entre hombres y mujeres. Los padres y las madres tienen un papel crucial en estos detalles de la vida cotidiana, y es importante evitar dar por hecho simplemente lo que viene dado por tradición.
“Hablas como un marimacho”, “este tiene un estilo afeminado”, “no te vistas así, que vas provocando”, “un hombre no llora”... Son frases muy habituales hoy en día que nos demuestran que los roles o estereotipos de género afectan tanto a niños como a niñas. Pero si tanto unos como otras crecen con una serie de restricciones sociales determinadas por su género, en su etapa adulta serán hombres y mujeres que habrán interiorizado ideas como que las mujeres son débiles y los hombres son poderosos. ¿No crees?
Es importante que todos (hombres y mujeres) seamos conscientes de situaciones como las que hoy te hemos contado y las denunciemos cuando está en nuestras manos. Desdichadamente, todavía queda mucho camino por recorrer. ¿Por qué no lo hacemos juntos y juntas?
Tú, con tu actitud y tu ejemplo, decides en qué tipo de sociedad quieres vivir. ¿Apostamos por una en la que no exista ninguna clase de desigualdad y en la que toda su ciudadanía, hombres, mujeres, niños y niñas, viva plenamente sus derechos? ¡Está en nuestras manos!