Que efecto daria "El Internet de las Cosas" a la vida cotidiana
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Según el uso que se le dé.
Explicación:
El Internet de las Cosas tiene que ver con los objetos cotidianos, interconectados entre sí, que ayudan a mejorar nuestra vida.
Estas “cosas” tienen acceso a Internet, las personas tenemos acceso a Internet y, si conectamos cosas y personas estamos ante el IoT (internet de las cosas). Muchos de los objetos cotidianos con los que hemos convivido han cobrado vida en la actualidad: smartphones, frigoríficos, TV, coches… esto es, la domótica en general.
El IoT nos ofrece a las personas, un recorrido individual y particular para cada una.
Nos permite personalizar esos dispositivos, cosas u objetos cotidianos, para que le demos el uso que a nosotros nos interesa.
Todo lo que está conectado con internet es vulnerable de ser hackeado.
Por tanto, el IoT abre un extenso campo de aparatos tecnológicos expuestos a sufrir ataques cibernéticos.
El Internet de las cosas nos trae muchas ventajas, pero también conlleva riesgos.
El uso de nuestros smartphones o PCs deja un rastro de actividad.
La conexión de nuestros electrodomésticos o de nuestros servidores genera unos registros que nos hace estar expuestos a los piratas informáticos.
Algunos de estos riesgos son conocidos e incluso los hemos sufrido, otros incluso están por inventar.
Por ejemplo:
Phising: usurpación o suplantación de la identidad.
Escuchas secretas.
Ataques DDos: denegación de servicios.
Robo de contraseñas.
Malware.
Algunos ejemplos de objetos inanimados conectados a la red:
Los frigoríficos inteligentes, que pueden avisarte cuando se está acabando un producto (e incluso hacer la compra por ti).
Las Smart TV, que permiten acceder a los contenidos que queramos en streaming, sin necesidad de descargarlos.
Los ordenadores a bordo en los coches, una tecnología que ya está presente en casi todos los nuevos modelos. Vehículos que te permiten relacionarte de otra forma con tu entorno, que dejan obsoletos multitud de objetos que antes eran imprescindibles para viajar: mapas, CDs y cassettes… Ya empezamos a ver coches que además se conducen a sí mismos.
Los relojes inteligentes, cuyas posibilidades son infinitas. Desde leer un correo electrónico a mantener a raya aspectos relacionados con el cuidado de nuestra salud, los smartwatches se convierten en pequeños ordenadores que nos conectan permanentemente con nuestro entorno.
Viviendas conectadas, que ya permiten configurar desde un dispositivo inalámbrico aspectos como la temperatura de las habitaciones, las luces y la seguridad del hogar.