Que diferiencias hay entre sencionalismo y amarillismo? .
Respuestas a la pregunta
Año VII, Vol. 32, Octubre 2010, Buenos Aires, Argentina | 132 páginas
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Berti, Florencia
Introducción
El sensacionalismo es la tendencia a presentar los hechos y las noticias de modo que produzcan sensación, emoción o
impresión. (Diccionario Enciclopédica Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.)
Esta palabra se suele referir a los medios informativos: a los que critican los sesgos mediáticos de cualquier signo político
suelen acusar a los medios de adoptar posturas sensacionalistas en su forma de ofrecer las noticias. Es decir, que acusan a
los medios de informar sobre asuntos chocantes o que llaman la atención en lugar de asuntos relevantes o importantes.
Actualmente, con numerosos programas televisivos se está dando aún más importancia a asuntos de escasa trascendencia
como la vida privada de personas famosas, que despiertan un gran interés entre el público. La prensa amarilla falsea la
información, resalta el morbo, incentiva la violencia y banaliza la vida social.
La prensa amarilla en América Latina
El presente texto surge de la preocupación por la gran cantidad de prensa amarilla que se encuentra en nuestras naciones.
Ciertamente mucho se ha escrito y discutido sobre la prensa amarilla, de cómo falsea la información, cómo resalta el morbo
e incentiva la violencia y banaliza la vida social. Dada la amplia discusión que este fenómeno ha tenido desde la prensa de
masas norteamericana hasta los tabloides ingleses, no hay muchas novedades si solo nos centramos en el análisis de los textos y de las estructuras narrativas de estos diarios. Más allá de una nueva condena o la apelación a una legislación más
severa, estimo que el fenómeno de la prensa amarilla ya ha sido ampliamente descrito desde su dimensión periodística.
Sin embargo, como fenómeno comunicativo y cultural, la reciente prensa amarilla sugiere una serie de interrogaciones y preguntas que no han sido abordadas suficientemente. Al concebirse la prensa amarilla al margen del periodismo, de cierta manera ha primado una visión negativa y condenatoria.
Sin embargo, ello ha impedido observar las tramas culturales que ésta entreteje con las culturas de sus lectores y con la
agenda pública. “La prensa no tiene mucho éxito en decir a la gente qué tiene que pensar pero si lo tiene en decir a sus
lectores sobre qué tienen que pensar”. (Cohen, 1963, p. 13)
Ciertamente, pensar la prensa amarilla como un proceso comunicativo supone superar la perversidad con que sus dueños
usan y tergiversan la información y nos lleva a comprender la comunicación también desde el punto de vista de sus públicos. Si partimos de esta premisa, debemos entender a la prensa amarilla desde otra perspectiva: como un proceso
dinámico, en el que están involucrados otra oferta de prensa, otros medios audiovisuales, un sistema político. En una sociedad de intercambios cada vez más dinámicos que trascienden el tiempo y el espacio, no podemos pensar la relación
entre el lector y el diario amarillo como si éstos estuvieran aislados de lo que ocurre en el mundo. Es necesario analizarlos
en sus contextos culturales y mediáticos.