¿Qué diferencias y semejanzas encuentras entre la forma de dominación antes de la Primera Guerra Mundial y después de la guerra?
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La guerra que cambió el destino de Europa
Casi todos los países que participaron calcularon que el conflicto que estalló en agosto de 1914 iba a ser breve. Duró más de cuatro años y dejó ocho millones de muertos, de los que un tercio fueron civiles
La primavera y el verano de 1914 estuvieron marcados en Europa por una tranquilidad excepcional", recordaba años después Winston Churchill, alimentando esa idea nostálgica de la estabilidad europea en tiempos de la Alemania imperial de Guillermo II o la Inglaterra de Eduardo VII, de contraste entre los “good times” y el período de grandes convulsiones políticas y sociales inaugurado por el estallido de la Primera Guerra Mundial en agosto de 1914.
Cuando comenzó esa guerra, Europa estaba dominada por vastos imperios, gobernados —excepto Francia, donde había surgido una república de la derrota en la guerra con Prusia en 1870— por monarquías hereditarias.
En 1919, sólo quedaban los imperios británico y francés. Todos los demás habían desaparecido
La guerra, sin embargo, duró cuatro años y tres meses y el entusiasmo que exhibieron a favor de ella la mayor parte de las poblaciones de los países beligerantes, incluidas las clases trabajadoras, se evaporó relativamente pronto, especialmente en Europa central y del este. La escasez de comida y de materias primas y los numerosos conflictos que se derivaron de las duras condiciones en que se desarrolló la guerra formaron el telón de fondo de las revoluciones de 1917 en Rusia que sucesivamente derribaron al régimen zarista y llevaron a los bolcheviques al poder, el cambio revolucionario más súbito y amenazante que conoció la historia del siglo XX.
Más de ocho millones de personas murieron en la Gran Guerra de 1914-1918, una cifra a la que habría que añadir las víctimas de la pandemia de gripe de 1918-19, que golpeó con severidad a una población debilitada por los efectos de la contienda.
Al menos 800.000 armenios fueron asesinados por las fuerzas armadas otomanas
. En la Primera Guerra Mundial, las víctimas civiles mortales ya representaron un tercio del total; en la Segunda, superaron los dos tercios. El “embrutecimiento” causado por la primera de esas guerras, con terribles consecuencias, dio paso a que las poblaciones civiles se convirtieran en objeto de acoso y destrucción.
Ya a comienzos de 1915 hubo ataques con bombas desde el aire, ejecutados por británicos y alemanes. Y las atrocidades cometidas sobre la población civil demuestran que esa guerra inauguró una nueva época en la violencia entre Estados, que alcanzó su cénit en la Segunda Guerra Mundial.
Según la investigación de John Horme y Alan Kramer, 6.427 civiles belgas y franceses fueron asesinados por las tropas alemanas invasoras en agosto de 1914, apenas comenzada la guerra, y la persecución y muerte de civiles fue también habitual en el frente este, protagonizada por soldados alemanes, austriacos y rusos. Cientos de miles de lituanos, letones, polacos y judíos fueron deportados al interior de Rusia. Aunque el ejemplo más claro de ese “embrutecimiento” alimentado por la Gran Guerra, un claro precedente del genocidio nazi, fue el asesinato a sangre fría de al menos 800.000 armenios, entre 1915 y 1916, por las fuerzas armadas otomanas, una acción deliberadamente planeada y llevada a cabo por las elites del Estado otomano.
La Primera Guerra Mundial, que decidió el destino de Europa por la fuerza, tras décadas de primacía de la política y de la diplomacia, ha sido considerada por muchos autores la auténtica línea divisoria de la historia europea del siglo XX, la ruptura traumática con las políticas entonces dominantes. Marcó el comienzo de la escalada de la violencia en esa era que se extendió hasta 1945, porque borró la línea entre el enemigo interno y externo, la frontera entre población civil y militar, fue el escenario de los primeros ejemplos de exterminio masivo de la historia y de ella salieron el comunismo y el fascismo, los movimientos paramilitares y la militarización de la política.
La mayoría de los dirigentes de los grandes poderes en el momento del estallido de la Primera Guerra Mundial pertenecían a ese mundo exclusivo y elitista, estrechamente vinculado a la cultura aristocrática del Antiguo Régimen, con escasos conocimientos sobre la sociedad industrial y los cambios sociales que estaba provocando. Tras ella, ya nada fue igual. A los intelectuales y artistas les resultó casi imposible quedarse al margen de los grandes debates públicos. El comunismo y el fascismo se convirtieron en alternativas a la democracia liberal, vehículos para la política de masas, viveros de nuevos líderes que, subiendo de la nada, arrancando desde fuera del establishment y del viejo orden monárquico e imperial, propusieron rupturas radicales con el pasado. Como declaró Sir Edward Grey, ministro de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, las luces se estaban apagando en Europa.
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espero q te sirva