Castellano, pregunta formulada por estebanuyaban2007319, hace 11 meses

Qué diferencias hay entre la obra Crónica de una muerte anunciaday la obra Cien años de soledad?

Respuestas a la pregunta

Contestado por princess0128200634
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Respuesta:

Una epifanía. Una revelación, un viaje sin retorno, un sentimiento parecido al del primer amor o incluso un acto de pasión. Hay muchas maneras de leer y de sentir 'Cien años de soledad', tantas como lectores y miradas, y por eso no hay duda de que degustar sus páginas no deja a nadie indiferente. Menos a quien la devora, revuelve con mimo sus líneas y trata de retener, a lo largo del tiempo, esa primera sensación que brinda el placer de descubrir los secretos que esconde Macondo. Escritores, críticos, docentes y editores confiesan a 'La Verdad' todo aquello que supuso para ellos, para su profesión, personalidad y vida, la lectura de esta obra maestra del Nobel cataquero.

La única diferencia actual entre liberales y conservadores es que los liberales van a misa de cinco y los conservadores van a misa de ochoLas estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra

La leyó relativamente tarde, confiesa que «quizá un tanto abrumada por la fama que, en algunos libros, puede llegar a convertirse en un lastre. En clase de literatura, en BUP, había leído distraídamente 'Crónica de una muerte anunciada', y había escuchado al profesor contarnos 'El coronel no tiene quien le escriba', igualmente con el interés puesto a medias en otras cosas. Tiempo después, y tras varias noches seguidas sin poder cerrar 'El amor en los tiempos del cólera' hasta acabarlo, decidí que había llegado el momento».

Para Natalia resulta imposible hablar de 'Cien años' sin caer en tópicos. «La magia empieza, sí, por el principio: esa primera frase ('Muchos años después...') que, como la de alguna otra novela antológica ('Todas las familias felices se parecen'), establece con exactitud un tono; un pulso; un hilo narrativo en permanente tensión que encadena al lector, página tras página, sin soltarlo ni para tomar un respiro.Reconoce que de su lectura, aunque los personajes sean inolvidables, «la impresión que más retengo es la del exceso: 'Llovió cuatro años, once meses y dos días'. La exuberancia invasiva de la naturaleza, en agudísimo contraste con la sobriedad del paisaje castellano en el que yo me hallaba, me hizo recordar otras lecturas de aquella época ('La Vorágine' o 'Canto General'); solo que 'Cien años de soledad' posee un pálpito mucho más vibrante que la primera y resulta más veraz, en su desbordante imaginación, que la segunda. Por eso, Macondo ha pasado ya al imaginario colectivo como un lugar mítico y eterno».

«Ha llovido bastante más de cuatro años, once meses y dos días desde que la leí por primera vez. Fue en verano, a la edad -calculo- de 17. El libro rondaba desde hacía tiempo en nuestra pequeña casa de la playa; un volumen algo maltrecho y, a mis ojos, viejo. Lo había comprado mi madre en los años setenta, aún soltera. Se encontraba en una escueta estantería, junto a unos pocos títulos muy diversos, pero como algo importante que me daba mucho respeto; solo el nombre de Gabriel García Márquez ya me lo provocaba. No había leído nada suyo y sentí que era el momento. Quería saber, por encima de todo, qué había detrás de aquel título y de la no menos fascinante etiqueta de 'realismo mágico'».

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