que diferencia hay entre turbofan y turbohelice
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Respuesta:
El turbofán: lo utilizan la mayoría de los aviones por razones económicas. Se caracterizan por disponer de un ventilador en la parte frontal del motor. El aire que entra se divide en dos caminos: flujo de aire primario y flujo secundario o flujo derivado. El flujo primario penetra al núcleo del motor y el flujo secundario se deriva a un conducto anular exterior y concéntrico con el núcleo. Los turbofanes consumen menos combustible, producen menor contaminación y ruido ambiental. El turbofán consiste en el ventilador, unos compresores, una cámara de combustión, turbinas, un escape y un conducto del flujo secundario. En el ventilador se inicia la propulsión. Le atraviesa un flujo de aire que se divide en dos corrientes: la primaria y la secundaria. La corriente primaria entra a través de los compresores y, después de varias etapas de compresores, sale con una presión treinta veces superior de la que tenía en la entrada y a una temperatura próxima a los 600 °C y entra a la cámara de combustión, donde se mezcla con el combustible y se quema la mezcla, alcanzándose una temperatura superior a los 1100 °C. El aire caliente que sale de la cámara, pasa a través de los álabes de varias turbinas, haciendo girar diversos ejes. Una vez que ha pasado a través de las turbinas, sale por una tobera or la parte posterior del motor. Las estrechas paredes de la tobera fuerzan al aire a acelerarse. El peso del aire, combinado con esta aceleración produce parte del empuje total. El cunducto del flujo secundario rodea concéntricamente al núcleo del motor. Sus paredes interna y externa están cuidadosamente perfiladas para minimizar la pérdida de energía del flujo secundario de aire y optimizar su mezcla con el escape del flujo primario.
El turbohélice: es muy parecida al turborreactor pero la diferencia es que el turbohélice tiene montada delante una hélice propulsada por una segunda turbina. Así propulsión se debe a dos causas: a los gases que salen por la parte posterior y al empuje del hélice. El aire entra al motor y pasa por una serie de etapas de compresión donde el aire va adquiriendo presión. Ese aire entra a la cámara de combustión, donde se mezcla con el combustible. Una vez quemada, entra a la turbina y pasa por las distintas fases de la turbina, que está unida a las etapas compresoras y a la hélice, por lo que mueve todo lo anterior. La ventaja fundamental de los motores turbohélices es su eficiencia propulsiva y su economía de funcionamiento. Consumen en torno a un 30 por ciento menos que el turbofán y además las nuevas generaciones han mejorado mucho la cantidad de ruido procedente de los hélices. Sin embargo, la propulsión con hélice, que es muy eficiente a bajas velocidades, pierde mucha eficacia a medida que la velocidad de vuelo aumenta. Eso es debido a que las puntas de la hélice generan una resistencia cada vez mayor a medida que el avión gana velocidad y por tanto la eficiencia propulsiva disminuye. El gran inconveniente de este tipo de motores, por lo tanto, es su velocidad, ya que esta está limitada por la resistencia de la hélice que puede llegar a romperla en caso de llegar sus puntas a la velocidad del sonido. Los turbohélices serán muy eficientes y económicos para trayectos cortos.
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