que diferencia entre gobierno democrático y un gobierno facto o militar ayudaaaaaa
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Un gobierno de facto, por lo tanto, es aquel que ejerce el poder en la práctica, pero que no está reconocido o avalado por una norma jurídica. Un gobierno que surge tras un golpe de Estado, por lo tanto, es un gobierno de facto.
Respuesta:
Históricamente, las relaciones entre los militares y el proceso democrático no han sido fáciles, ni en América Latina ni en el resto del mundo. En gran parte, esto se debe al estatus especial que tradicionalmente se atribuye a las Fuerzas Armadas –o al que estas se autoatribuyen– dentro de la mayoría de las sociedades. Dicho estatus implica que los militares se sientan no solo responsables de la defensa de la patria frente a terceros, sino también garantes de la estabilidad del sistema político de su país –cualquiera que este sea–, hasta tal punto que en diversas constituciones de América Latina se les confiere explícitamente este papel, con desastrosas consecuencias para el sistema democrático de muchos países de la región.
Hoy, sin embargo, debido al proceso de democratización y a la globalización, es preciso revisar estas dos funciones tradicionalmente adjudicadas a las Fuerzas Armadas. Por una parte, las amenazas y los conflictos históricos han perdido relevancia, y las nuevas amenazas, que provienen de la fragilidad de los Estados y del crimen organizado y transnacional e incluyen las graves repercusiones que puede acarrear el cambio climático, implican la revisión del concepto de «defensa nacional». Por otro lado, la necesidad de incluir a nuevos grupos –históricamente marginados– en el proceso democrático, en sociedades que de por sí sufren de una grave carencia de cohesión social, exige también una nueva mirada hacia el concepto de «estabilidad política interna». Precisamente por esta razón las Fuerzas Armadas se ven reforzadas en su papel interno en las «repúblicas refundadas» de la región.
En una época de Estados débiles –e incluso muy frágiles–, la redefinición de la relación entre democracia y militares se convierte en un tema esencial para la supervivencia de la gobernabilidad. Sin embargo, tal redefinición requiere que este grupo de la sociedad –el mejor organizado y, teóricamente, el que ostenta el monopolio del uso de armas– acepte este papel de carácter funcional y se concentre más en él, abandonando su tradicional ambición de influir en, o incluso modificar, el sistema político. En la actualidad, la seguridad se ha convertido en un tema cotidiano para la vida democrática, en el que se ven implicados todos los sectores de la sociedad, y por eso no puede darse un protagonismo especial y exclusivo en él a las Fuerzas Armadas.