¿Qué diferencia consideras que se pueden evidenciar entre la familia lingüística prehispánica que poblaron a Colombia?. Explixa
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Respuesta:
Si queremos ir más allá de la proclamación de piadosos principios de reconocimiento y de tolerancia entre lenguas, la invención de una política lingüística inteligente, fiel a estos mismos principios, supone como primera condición, un adecuado conocimiento de la realidad social y cultural sobre la cual se pretende intervenir. Supone también confrontar este conocimiento con el que nace de la observación de situaciones sociolingüísticas muy diferentes. Esta confrontación tiene efectivamente una función heurística importante pues a la vez que amplia el universo de referencia inicial, permite poner a prueba la validez de las soluciones propuestas y ayuda a discutir la pertinencia del marco conceptual dentro del cual se trabaja
2El examen de la situación de las lenguas indígenas de América y más concretamente de Colombia nos puede servir para este propósito, precisamente por las grandes diferencias que encontramos comparándola por ejemplo con la situación de las lenguas de Europa. Para ilustrar una de estas diferencias, tal vez la más importante, está claro que el conflicto lingüístico en las sociedades indígenas americanas involucra contrastes culturales mucho más marcados que los que se pueden encontrar en Europa occidental y obliga por lo tanto a integrar a la reflexión teórica sobre política lingüística un componente antropológico poco atendido en esta misma Europa. En ella es común asumir el problema de las lenguas minorizadas como un problema técnico-político: dotar estas lenguas de las capacidades expresivas y significativas adquiridas por las lenguas dominantes y fomentar, dentro de un marco politico-administrativo más favorable, el uso de estas capacidades, esencialmente en el sistema escolar y los medios de comunicación moderna. La política lingüística es entonces concebida como «normalización» en el sentido de la sociolingüística catalana1.
3En un contexto cultural relativamente homogéneo es de esperar que el hecho diferencial del significante, el «cómo se dice», se imponga sobre el hecho diferencial del significado, el «qué se dice». Se presupone en este contexto que todos decimos lo mismo (o cosas muy parecidas) y que lo importante es que, nosotros también, lo podamos decir a nuestra «manera», con «nuestra» lengua (la lengua es entonces pensada más como un instrumento de comunicación, identificado por sus unidades y sus reglas -su «gramática»-, que como la expresión-memoria de un modo de vivir y pensar). Estas presuposiciones configuran un modo particular de pensar la identidad, lo político, lo lingüístico, su mutua articulación. Esta situación y esta ideología no son por lo demás propias del universo europeo. Las hemos visto, mutatis mutandis, en áreas culturales amerindias homogéneas donde la diferenciación lingüística puede ser considerable y donde lo lingüístico es asumido como un emblema identitario por grupos por lo demás muy semejantes.
4En cambio, en un ámbito cultural muy heterogéneo como el que se da a veces entre grupos indígenas disímiles o, desde luego, el que se da entre todos los grupos indígenas y el mundo occidental, lo cultural, la atención a «lo que se dice», se vuelven decisivos. «Lo que dice» el indígena (su vida) suele ser muy distinto de «lo que dice» el blanco o el indígena de otra cultura y el «cómo lo dice» no es entonces sino una diferencia más. En esas condiciones lo lingüístico es uno de los factores, generalmente ni el primero ni necesariamente el más preciado, de la identidad del grupo, ella sí siempre muy valorada2. La política lingüística apropiada para tal contexto - y nace la idea de política lingüística porque ha surgido en estos grupos la conciencia de la necesidad de proteger y valorar su lengua - no puede entonces separar el enfrentamiento lingüístico del enfrentamiento cultural y el papel del experto-lingüista, si sigue siendo necesario, tiene que ser complementado no tanto por el administrador sino por la misma gente. Surgen mecanismos de mediación intercultural e interlingüística que podrían constituir elementos de una política alternativa no unicamente tecnocrática. Está claro que en Europa occidental también, hay espacios de heterogeneidad culturaly de creatividad lingüística que podrían implicar otro concepto de política lingüística.