que descubrieron los empiristas britanicos del siglo xvii y xviii
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Explicación:El empirismo constituye el segundo gran movimiento de la filosofía moderna. El empirismo es una doctrina relativa a la naturaleza del conocimiento. Históricamente han existido dos aspectos en el empirismo. Uno de ellos, denominado empirismo psicológico, niega la existencia de conocimientos innatos y defiende que todo conocimiento deriva de la experiencia de los sentidos. El otro, llamado epistemológico, establece que todo conocimiento debe ser justificado recurriendo a la aprobación de los sentidos, de modo que no es conocimiento a menos que lo que se afirma sea corroborado por los sentidos. En realidad, ambos aspectos de esta doctrina han ido unidos o relacionados. Asimismo, desde la Antigüedad, muchos filósofos (epicúreos y escépticos, fundamentalmente) han mantenido la tesis de que el conocimiento se adquiere mediante la experiencia, se justifica mediante la experiencia y no hay otra realidad que la que nos proporcionan los sentidos o la que es accesible a éstos. Sin embargo, fue durante el siglo XVII cuando se produjo la gran explosión del pensamiento o de la filosofía empirista, por contraste con la otra explosión, la racionalista. Y si geográficamente el racionalismo es continental, el empirismo del siglo XVII se desarrolló en Inglaterra, de tal manera que se habla de empirismo inglés, pues sus máximos representantes lo eran: Francis Bacon, Thomas Hobbes, John Locke, y, en el siglo XVIII, George Berkeley y David Hume. De los tres primeros el más notorio representante del empirismo fue John Locke. Su teoría política es hija de su filosofía práctica y utilitaria. J. Locke dedicó el libro primero de su obra, Ensayo acerca del entendimiento humano (1690), a demostrar que no existen ideas ni principios innatos. Si los hubiera, dice Locke, los poseerían todos los hombres desde el primer momento de su vida y ni lo uno ni lo otro ocurre. En consecuencia, no existen las ideas innatas (y entre éstas las de Dios, la de eternidad, la de infinito actual, la de sustancia, la de esencia real, la de libre albedrío, etc.). Negado eso, todas las ideas proceden de la experiencia. De esta tesis fundamental se deducen, a juicio de Locke, dos importantes afirmaciones: en primer lugar, que el problema fundamental a tratar es el del origen y la génesis de nuestras ideas, del conocimiento, esto es, cómo se originan a partir de la experiencia, ya que todas las ideas, sean simples, complejas o abstractas, proceden de ella. En segundo lugar, Locke afirma que nuestro conocimiento es limitado, no puede superar la experiencia, cuantitativamente sólo conoce lo que ésta conoce; y, en cuanto a su certeza, sólo poseemos certeza acerca de aquello que cae dentro de las fronteras de la experiencia. De los dos aspectos, el que se refiere a la génesis del conocimiento es el primordial, pues el otro se deriva de éste. En realidad, Locke cuando argumenta de esa manera lo hace porque parte de un principio utilitarista: no busquemos saber más allá de lo que pueda ser útil para vivir. Las facultades y las capacidades del hombre son débiles e imperfectas: el conocimiento perfecto y absoluto está lejos de ser posible y definitivo. De esa manera, Locke rechaza las hipótesis metafísicas acerca de la naturaleza y la esencia del alma, la acción del alma sobre el cuerpo y la de éste sobre aquélla, pues lo verdaderamente importante es lo útil.