¿QUE DERECHOS DA A LOS PUEBLOS DEL RIO DE LA PLATA LA
PROCLAMACION DEL VIRREY CISNEROS?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La Junta Suprema de Sevilla nombró a Baltasar Hidalgo de Cisneros virrey del Río de la Plata en 1809, en reemplazo de Santiago de Liniers. Su misión principal era recomponer la autoridad virreinal, erosionada por las desavenencias entre su antecesor, Santiago de Liniers (sospechoso de deslealtad a España por su origen francés) y el gobernador de Montevideo, Francisco Javier de Elío, quien había creado una Junta de Gobierno local.
Retrato del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros
Al llegar Cisneros a Montevideo, a mediados de julio de 1809, Elío aceptó la autoridad del nuevo virrey y disolvió la Junta, siendo nombrado inspector de armas del Virreinato. En Buenos Aires había dos partidos opositores: los juntistas locales, dirigidos por Martín de Álzaga, estaban en decadencia tras la derrota de la asonada del pasado 1 de enero. No obstante, eran mejor vistos en España, por lo que Cisneros se congració con estos al no desautorizar a Elío e indultar a los responsables de la asonada. El otro partido, el carlotismo, intentaba establecer la regencia de Carlota Joaquina de Borbón en el Río de la Plata y cuestionaba la autoridad de la Junta Suprema y —por consiguiente— la de Cisneros. Este evitó los ataques carlotistas exigiendo y logrando el traspaso del mando fuera de la capital, en Colonia.1
Baltasar Hidalgo de Cisneros. (Museo Naval de Madrid).
Ocupó finalmente su cargo en Buenos Aires, donde intentó aplacar las conspiraciones y fortalecer su poder: aunque se vio obligado a enviar a Elío a España, logró rearmar las milicias españolas disueltas tras la asonada de Álzaga, con lo que la crisis política estaba momentáneamente resuelta.
Pero Cisneros asumió su cargo en un momento que era también de crisis económica: con la derrota de la flota española por la Marina Real británica, el comercio con las colonias se paralizó al no poder enviar barcos a estas. Aunque España posteriormente estableció una alianza con Gran Bretaña, no podía comerciar con ella debido al secular monopolio español del comercio con sus colonias.
Cisneros autorizó entonces el libre comercio con Gran Bretaña, pero esto generó quejas de los comerciantes más poderosos que obtenían grandes ganancias con el contrabando. Para no perder su apoyo, anuló el decreto de libre comercio que había dictado. Esto causó, a su vez, quejas de los comerciantes ingleses, quienes reclamaban que —en tanto que aliados de España contra Napoleón— no deberían ser perjudicados. Para quedar en buenos términos con ambos, dio una prórroga de cuatro meses al libre comercio para que los ingleses pudieran finalizar sus asuntos.
Durante 1809 ocurrieron dos revoluciones en el Alto Perú, la actual Bolivia, que dependía del Virreinato del Río de la Plata: el 25 de mayo estalló la Revolución de Chuquisaca y el 16 de julio otra en La Paz. En ambas ciudades se formaron juntas de gobierno por la ausencia del rey español. Cisneros envió en su contra un ejército al mando del general Vicente Nieto, que logró un éxito incruento en Chuquisaca. El alzamiento de La Paz, en cambio, fue aplastado por tropas enviadas desde el Virreinato del Perú, siendo sus dirigentes condenados a muerte. En Buenos Aires, la represión aumentó el resentimiento de los revolucionarios porteños: Domingo French y Antonio Luis Beruti criticaban que los alzamientos altoperuanos —dirigidos por criollos españoles— fueran reprimidos con la pena capital, mientras los alzamientos contra Liniers— dirigidos por españoles peninsulares — acabaran en indultos.
Al llegar el 13 de mayo de 1810, un barco con noticias de España, que incluían el sometimiento de la corona española y la Junta de Sevilla a las fuerzas de Napoleón Bonaparte, Cisneros intentó incautar los periódicos traídos para que la noticia no se supiera. No obstante, uno de esos periódicos llegó a manos de Manuel Belgrano y Juan José Castelli, quienes difundieron la noticia. Cisneros se vio obligado a proclamarla oficialmente el 18 de mayo