Que curre en el siglo xx con el desarrollo de iconos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
A HISTORIA DE LOS ICONOS
EL PODER Y EL IMPACTO DE LO ICÓNICO
La definición de un icono, y la justificación de una imagen como icónica, plantea una cuestión que ha inspirado a artistas, retratistas, arquitectos, innovadores y figuras poderosas e influyentes a lo largo de miles de años. Desde los iconos clásicos a la era de los medios de comunicación, internet, y los símbolos más representativos de la era contemporánea, los iconos ofrecen un concepto visual evocador, a través del cual se deja ver la identidad de una cultura. La noción de iconicidad ha sobrevivido a las diferentes épocas y hoy en día permanece, en cierto sentido, estática e inmóvil. Pese a todo, continúa fascinando, intrigando y estimulando la creatividad.
LA DEFINICIÓN DE UN ICONO
El término “icono” procede del griego antiguo y significa “que parece asemejarse”. El mundo clásico ofreció, probablemente, las primeras imágenes icónicas que después se extenderían en las diferentes civilizaciones. A lo largo de los siglos, la palabra en sí y su definición ha evolucionado considerablemente, desde las pinturas bizantinas a los símbolos que encontramos hoy día en las pantallas de los más avanzados smartphones.
El arte del siglo XX ha reimaginado la naturaleza del icono, con la creación de imágenes icónicas por parte de figuras como Mondrian y Rothko que han definido la evolución de este siglo. Warhol redefinió posteriormente el icono valiéndose de la repetición, la familiaridad y las imágenes fácilmente identificables, lo que se tradujo en un nuevo significado en el contexto de sus exposiciones y la ubicuidad que su trabajo supuso.
Asimismo, la filosofía moderna jugó un papel clave a la hora de definir los iconos del mundo contemporáneo. Roland Barthes, escritor y semiólogo francés, presentó la idea imperecedera de la iconografía del siglo XX, de la que se infiere la idea de que un icono no solo debe asemejarse al objeto que representa, sino que debe ser igualmente reconocido, y simbolizar algo mayor que la suma de sus partes. Barthes identificó varios iconos en la identidad francesa que iban desde las recetas a la moda, desde las costumbres al diseño, invitándonos a reconocer lo icónico como parte de nuestro día a día y como un espejo a través del cual vemos el mundo y a nosotros mismos.
Detalle del cuadro de Piet Mondrian Composition De Lignes Et Couleur: III, 1937.
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