¿Qué cuestiones se te ocurren que pueden afectar la soberanía?
PLS AYUDA
doy coronita :)
Respuestas a la pregunta
Respuesta: los sistemas de democracia directa, dada la imposibilidad de reunir de hecho a la "nación entera"
Explicación:
Tradicionalmente se han considerado como vitales aquellos intereses
por cuya protección un Estado estaría dispuesto a recurrir al uso de la
fuerza, bien tomando algún tipo de acción de carácter militar, bien ame-
nazando con ella. La importancia de los intereses vitales no proviene
necesariamente de sus características intrínsecas, sino más bien de lo
que estamos dispuestos a hacer cuando sobre ellos se cierna un riesgo
o amenaza, ya sea real o potencial. Por esta razón, toda nación madura
desde el punto de vista de la seguridad debe tener diseñadas unas polí-
ticas de carácter estratégico cuyo objetivo debe ser alcanzar, sostener o
apoyar aquellos fines o intereses designados explícitamente como vita-
les o que probablemente se consideren como tales en el caso de que se
encuentren amenazados.
Los intereses vitales afectan, desde el punto de vista de la seguridad y la
defensa, a aquellos asuntos en el ámbito de las relaciones exteriores liga-
das con la supervivencia o la seguridad de la nación, específicamente en
lo relativo a la seguridad frente un ataque militar; lógicamente no se apli-
ca a una nación con una política territorial expansionista, es decir, no son
vitales aquellos intereses no concebidos como algo defensivo. Algunos
intereses se considerarán vitales más allá de cualquier sombra de duda,
como la protección del territorio nacional en el caso de un ataque directo
o la amenaza de realizarlo; sin embargo, para la mayoría de las naciones,
y especialmente en el mundo globalizado de hoy, también se consideranamenazas a su seguridad situaciones o actos alejados del mero ataque
directo contra el territorio nacional en el espacio, en el tiempo y en su
concepción o definición, en ocasiones tratándolos como veremos más
adelante como una responsabilidad más que como un riesgo.
Concepción expansiva de la seguridad
El término seguridad es flexible en el sentido de que legítima y casi ne-
cesariamente, su significado implica ir más allá de la simple autodefensa.
Ello requiere mantener un poderío político, económico y militar que per-
mita a los Estados dejar oír su voz más allá de sus fronteras. Garantizar
la seguridad física del territorio nacional ante un posible ataque exterior
es una concepción demasiado estrecha de lo que debería significar la
seguridad para nosotros. Una concepción más amplia supone una visión
y decisión políticas; no podemos sentirnos seguros en nuestro territorio
sin que existan condiciones de seguridad en otras áreas, en las naciones
de nuestro entorno, en los espacios marítimos y aéreos que nos rodean,
ya que en la mayoría de los casos ya no existen espacios «colchón» que
nos separen físicamente de las amenazas y riesgos transnacionales que
caracterizan el mundo actual. Esta decisión política requiere unas ca-
pacidades militares adecuadas para apoyar la correspondiente política
exterior, así como una labor de argumentación hacia la opinión pública
mostrando como la intervención realmente está dirigida a fortalecer la
seguridad propia.
Por otra parte, cuanto más alejada o indirecta es la amenaza a la segu-
ridad del Estado más controvertida es la cuestión de si puede requerir o
no una respuesta militar y de qué tipo. En este sentido, la participación
de otras naciones en la intervención suele ayudar a que sea vista desde
un prisma moral diferente, tanto en la propia nación como en el mundo
en general.
A pesar de que puedan ser variables o subjetivos, algunos intereses na-
cionales son indudablemente vitales; el problema es establecer su límite
exterior y decidir, teniendo en cuenta las circunstancias del momento,
qué tipo de respuesta es aplicable a cada situación. Por ejemplo, no
cabe duda que el mantenimiento y en caso de agresión la restauración
de la integridad territorial española es un interés vital. Si tomamos como
ejemplo el caso de Gibraltar, su restitución a España ha sido un elemen-
to constante en nuestra política exterior durante siglos, aunque los me-
dios para alcanzarla han variado con las circunstancias de cada época