Qué cuenta la crónica de la muerte de Héctor David el lazarillo
doy corona
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Cogidos de la mano, casi a tientas, con un manojito de claveles regalados y el corazón partido en mil pedazos, Hermencia Méndez y Raúl Salamanca, una pareja de ciegos pobres y enamorados, sepultaron el viernes para siempre el último rayo de luz que les quedaba a sus miradas muertas: su hijo Héctor David de apenas cinco años. Dos días antes, entre la lluvia fina de una tarde fría, un enorme bus lo mató cuando él, el lazarillo más hermoso e inocente del mundo, llevaba de la mano a su madre por entre el tráfico infernal de las 6 de la tarde, en plena carrera 10a, con calle 17.
Explicación:
Todo ocurrió ahí, apenas a quince metros de donde hace un montón de años ella se gana la vida vendiendo lotería.
Fue una tragedia espantosa, que ahora ella cree que comenzó en realidad el domingo pasado, cuando él le preguntó: Mamá, cómo es estar muerto? Fue el domingo en que Héctor David hizo una pilatuna en su casa del barrio Bellavista, en lo más alto de los cerros del oriente de Bogotá.