Que consecuencias podría tener para el país un bloque que forme parte de una Unión económica
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La mejoría de las economías de los países subdesarrollados y en vías de desarrollo puede darse con mayor celeridad ante una integración comercial, la apertura económica y un mayor flujo de capitales de riesgo de los países más industrializados hacia los menos industrializados.
Obviamente esta mejoría inicialmente se observará a nivel macroeconómico, pero deben buscarse los mecanismos adecuados para que se dé a corto plazo a nivel macroeconómico, para lograr que las tasas de empleo se reduzcan los niveles de vida de las poblaciones mejoren y crezca el poder de consumo de las naciones en beneficio de América toda.
En este trabajo se hace una reflexión sobre los bloques económicos y sus efectos, así como algunos aspectos tributarios que se consideran importantes para que los países participantes obtengan un mayor beneficio, básicamente con respecto a las inversiones de capital de riesgo por parte de la empresas extranjeras.
La contaduría pública como profesión tiene un interés profesional y un compromiso social en esta materia, por lo que en este estudio se destacan algunos campos en los que el Contador Público debe participar en función de sus conocimientos técnicos y su capacidad profesional.
Explicación:
1.- ANTECEDENTES
a).- Camino hacia los tratados económicos.- Para comprender la evolución del proceso de negociaciones económicas que se han cristalizado en proyectos de integración e implementación de bloques económicos en América, es necesario referirse en forma breve a experiencias anteriores, en particular a la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) y a su continuadora, la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
En América Latina los primeros intentos regionales de libre comercio tuvieron lugar hace más de tres décadas y, en cierta medida, fueron una respuesta a la creación de la Comunidad Económica Europea en 1957. La firma del tratado de Roma fue percibida por los países latinoamericanos en parte como un ejemplo a imitar, pero sobre todo como una interrogante para el comercio de sus productos agrícolas con Europa. Debido a esta realidad, en 1960 se suscribió el Tratado de Montevideo, carta fundamental para la ALALC, compatible con el artículo XXIV del GATT que contempla este tipo de integración económica. La asociación fue constituida por Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú y Uruguay, a la que luego se incorporaron Bolivia y Venezuela. El objetivo de la misma era ambicioso, ya que se constituía la creación de una zona de libre comercio en un plazo de 12 años. En este lapso debían eliminarse gradualmente todos los gravámenes y restricciones comerciales entre los países miembros, para lo cual se realizaría una reducción arancelaria del 8% anual hasta alcanzar en 1972 una rebaja total del 96%. Cabe aclarar que sólo en las primeras ocho conferencias se logró avanzar al ritmo establecido, lográndose una baja de los gravámenes del 64%.
En 1969, ante el evidente estacionamiento del proceso iniciado, los países miembros de la ALALC firman el Protocolo de Caracas, el cual amplía el plazo inicial de 12 a 20 años y establece que la reducción arancelaria pasaría del 8 al 2.9% anual. Se trata entonces de superar el obstáculo que representa la diferencia arancelaria existente entre los países miembros.