Biología, pregunta formulada por jannisurbano, hace 1 año

¿Qué componentes del organismo humano están involucrados con las vacunas? ¿por qué?


jannisurbano: ayudaaa plis

Respuestas a la pregunta

Contestado por Yoeyy
8

Respuesta:

Existe otro tipo de inmunidad, la inmunidad artificial, que se adquiere suministrando al individuo un suero o una vacuna. Hay dos tipos de inmunidad artificial, la pasiva y la activa. ... Estos anticuerpos reciben el nombre de suero o antídoto.

Explicación:


jannisurbano: gracias te lo agradesco <3
Yoeyy: A la orden <3
Contestado por tinocogrima
0

Respuesta:

LAS TEORÍAS ANTIGUAS SOBRE LAS ENFERMEDADES

Muchos pueblos primitivos creían que las enfermedades eran causadas por brujería o por

seres diabólicos. Los griegos consideraban que las enfermedades eran causadas por un

mal aire enviado por los dioses.

Cinco siglos antes de Cristo, Hipócrates, médico griego, conocido actualmente como el

padre de la medicina, propuso la Teoría Humoral de Medicina, la cual indicaba que el

cuerpo está compuesto de cuatro fluidos o humores: sangre, flema, bilis amarilla y bilis

negra. La enfermedad, según él, aparecía por cualquier desequilibrio de estos fluidos; por

ejemplo, atribuyó el cáncer a un exceso de bilis negra.

Hace poco más de cuatrocientos años, se formuló otra teoría para explicar el origen de

las enfermedades. Esta teoría sostenía que eran causadas por los miasmas (emanaciones

fétidas o apestosas) de suelos y aguas impuras. Esta suposición recibió el nombre de

teoría miasmática.

El origen de estas creencias estaba en que las enfermedades y epidemias surgían

comúnmente en los barrios sucios y malolientes de la gente pobre. A raíz de ello, se

impulsaban campañas públicas que, en vez de prestar atención a la salud de la población,

se preocupaban por ensanchar calles y plazas de las ciudades; eliminar paredes, arcos y

otras construcciones que sirvieran de estorbo a los vientos; mantener limpio el aire en los

hospitales; y evitar los olores y vapores.

En esos tiempos, así como no se sabía el origen de las enfermedades, tampoco se sabía

por qué se pudría la comida o por qué se fermentaban y se avinagraban ciertos productos,

como la leche o los vinos.

Cuando se propuso la teoría de los gérmenes, todo cambió, debido a que se descubrió

que ciertos organismos son tan pequeños que es imposible verlos a simple vista e invaden

al ser humano y los animales causándoles enfermedades, y a ciertos materiales les produce

cambios, como en el caso de la fermentación.

Los promotores de la nueva teoría, la de los gérmenes, que está demostrada, y vigente hasta

la actualidad, fueron científicos como el matemático y doctor en ciencias francés Louis

Pasteur (1822-1895), quien logró desterrar las teorías antiguas sobre las enfermedades; y

el médico, biólogo, químico e inventor Robert Koch (1843 – 1910), quien logró demostrar

la teoría de los gérmenes en las enfermedades infecciosas tras sus investigaciones en

tuberculosis, motivo por el cual fue galardonado con el premio Nobel de Medicina y

La teoría de los gérmenes expresa que toda enfermedad infecciosa tiene su causa

(etiología) en un germen con capacidad para propagarse entre las personas, además de

ser el causante de procesos químicos, como la descomposición y la fermentación. En

consecuencia, la causa de las enfermedades no proviene del interior del cuerpo debido a

un desequilibrio de humores o de olores fétidos, como se creía tradicionalmente.

El descubrimiento de los gérmenes y su respectiva formulación teórica marcó un

antes y un después en el mundo de la Medicina, pues permitió conocer la naturaleza

de las enfermedades y, por lo tanto, desarrollar tratamientos y formas de prevención.

EL DESCUBRIMIENTO DE LA PRIMERA VACUNA

En 1796, el investigador y médico Edward Jenner creó la vacuna contra la viruela, una

enfermedad que producía llagas en casi todo el cuerpo y mató a millones de personas

en el mundo. Solo en Rusia fallecieron dos millones de personas y en Francia quince mil

personas por año.

Jenner era médico rural. Observó que la enfermedad denominada vaccine o viruela de las

vacas afectaba las ubres de estos animales y les producía heridas. Observó, también, que

las personas que las criaban se enfermaban con la viruela de las vacas, pero no de la que

atacaba a las personas. Supuso Jenner que contraer la viruela de las vacas hacía inmunes

a sus cuidadores.

Jenner quiso probar su hipótesis, para ello, realizó un experimento: se había percatado de

que las cuidadoras de vacas presentaban solo pequeñas heridas infectadas en la piel, así

que, utilizando el pus de la herida de una de ellas, raspó el brazo de un niño sano. Este,

después de manifestar leves síntomas y un breve malestar, se repuso rápidamente. Poco

después, volvió a raspar el brazo del niño, pero empleando el pus de un enfermo de viruela

humana. El resultado fue que el niño no se enfermó y solo presentó una lesión típica de la

viruela en el lugar donde recibió el raspón. Es decir, como resultado del experimento, el

niño quedó protegido contra la enfermedad.

Desde entonces, la vacuna contra la viruela que se aplica a las niñas y niños es hecha con el

mismo virus, pero desactivado. Esto genera en el organismo resistencia a la enfermedad.

Es esa misma vacuna que hoy se llama antivariólica la que ha salvado al mundo de la

viruela. Gracias a ella, nadie adquiere esa enfermedad. En 1979, la Organización Mundial

de la Salud (OMS) declaró erradicada la viruela en todo el mundo.

Explicación:

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