Qué centros o escuelas de música habian en la edad media mas conocidos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Desde sus inicios, la liturgia cristiana y su música estuvieron marcadas por su origen en la tradición judía (canto de la sinagoga), al que vino a sumarse la influencia griega y romana, incluidas su teoría musical y su filosofía.
La historiografía musical medieval suele clasificar la música medieval en tres grandes repertorios:
El canto llano o monodia religiosa: Popularmente denominado canto gregoriano, es con gran diferencia el repertorio medieval más antiguo y extenso, e incluye la gran mayoría de música litúrgica cristiana de la época que se conserva. Es música estrictamente vocal, de ritmo libre, texto latino y escrita a una sola voz.
La música profana o música de trovadores: De escritura también monódica y vocal, fue creada en ambientes aristocráticos y con textos en lengua vernácula; sus autores son llamados trovadores (si escribían en langue d'oc o provenzal), (en langue d'oïl o francés antiguo) o Minnesänger (en alemán). Su temática suele ser amorosa y, aunque su escritura es semejante a la del canto gregoriano, era interpretada con acompañamiento instrumental y compás definido.
La polifonía: música escrita a varias voces y que surge por evolución de las anteriores durante la Baja Edad Media, primero en el ámbito religioso y posteriormente también en el profano.
La dureza de las condiciones de vida y el monopolio de la cultura escrita por la Iglesia explican que las fuentes musicales escritas que nos han llegado de la Edad Media sean muy escasas (por no decir inexistentes) durante los primeros siglos, y exclusivamente religiosas hasta finales del siglo XI: la función esencial de la música era la alabanza divina, y la supremacía cultural de la Iglesia, especialmente de las abadías, estaba garantizada por el irrisorio nivel de alfabetización y, bajo los carolingios, por el apoyo del poder político. Gran punto de inflexión de la Edad Media, la caída de los carolingios (987) coincide con el alba de la nueva cultura; es el tiempo en que la música “culta” occidental sucede a las tradiciones musicales antiguas.
Tras siglos de olvido (Rousseau no vio en las catedrales sino “restos de barbarie y de mal gusto” y Victor Hugo quiso persuadir a sus contemporáneos de que la música occidental comenzó con Palestrina) la música de la Edad Media sería redescubierta y estudiada a fondo a partir de mediados (e incluso sólo desde el último cuarto) del siglo XIX.
Explicación:
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Desde sus inicios, la liturgia cristiana y su música estuvieron marcadas por su origen en la tradición judía (canto de la sinagoga), al que vino a sumarse la influencia griega y romana, incluidas su teoría musical y su filosofía.
La historiografía musical medieval suele clasificar la música medieval en tres grandes repertorios:
El canto llano o monodia religiosa: Popularmente denominado canto gregoriano, es con gran diferencia el repertorio medieval más antiguo y extenso, e incluye la gran mayoría de música litúrgica cristiana de la época que se conserva. Es música estrictamente vocal, de ritmo libre, texto latino y escrita a una sola voz.
La música profana o música de trovadores: De escritura también monódica y vocal, fue creada en ambientes aristocráticos y con textos en lengua vernácula; sus autores son llamados trovadores (si escribían en langue d'oc o provenzal), (en langue d'oïl o francés antiguo) o Minnesänger (en alemán). Su temática suele ser amorosa y, aunque su escritura es semejante a la del canto gregoriano, era interpretada con acompañamiento instrumental y compás definido.
La polifonía: música escrita a varias voces y que surge por evolución de las anteriores durante la Baja Edad Media, primero en el ámbito religioso y posteriormente también en el profano.
La dureza de las condiciones de vida y el monopolio de la cultura escrita por la Iglesia explican que las fuentes musicales escritas que nos han llegado de la Edad Media sean muy escasas (por no decir inexistentes) durante los primeros siglos, y exclusivamente religiosas hasta finales del siglo XI: la función esencial de la música era la alabanza divina, y la supremacía cultural de la Iglesia, especialmente de las abadías, estaba garantizada por el irrisorio nivel de alfabetización y, bajo los carolingios, por el apoyo del poder político. Gran punto de inflexión de la Edad Media, la caída de los carolingios (987) coincide con el alba de la nueva cultura; es el tiempo en que la música “culta” occidental sucede a las tradiciones musicales antiguas.
Tras siglos de olvido (Rousseau no vio en las catedrales sino “restos de barbarie y de mal gusto” y Victor Hugo quiso persuadir a sus contemporáneos de que la música occidental comenzó con Palestrina) la música de la Edad Media sería redescubierta y estudiada a fondo a partir de mediados (e incluso sólo desde el último cuarto) del siglo XIX.
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