¿Qué cambios tecnológicos permitieron la exportación de carnes y cereales a lo largo de los años 1880-1930?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:En las décadas finales del siglo XIX la Argentina se transformó en una de
las principales productoras de alimentos crecientemente consumidos por las
economías industrializadas europeas. En este proceso, destacaron el trigo, el
maíz y las carnes refinadas. Estos bienes se combinaron con nuevas materias
primas –como el lino– o que el país tradicionalmente exportaba –como sebo,
tasajo, lanas, cueros y otros derivados de la ganadería.
Tal fue el crecimiento de las exportaciones en términos de valor y volumen1
que la Argentina se transformó en uno de los casos de export-led-growth más
estudiados de América Latina durante la Primera Globalización.2
En efecto, abundan los estudios acerca del desempeño agroexportador en general; pero menos
se conoce acerca del comportamiento individual de los principales productos.
Durante la expansión de las exportaciones, las carnes congeladas constituyeron aproximadamente el 5% del total exportado en la última década del siglo
XIX y, junto con las enfriadas, representaron más del 12% de la canasta entre
1900 y 1913. Si bien estos productos han sido invocados por la historiografía
económica, en general, su análisis se ha ligado al rol del capital extranjero en
la formación y expansión de los frigoríficos3
y a la relación de dependencia con
Gran Bretaña desde diferentes perspectivas teóricas.4
En este sentido, en este
trabajo no discutiremos acerca de aquellos temas, ampliamente analizados, sino
que nos proponemos el estudio específico y particular de la evolución del valor y
el volumen de los principales tipos de carnes frigoríficas, a saber, carnes ovinas y
vacunas congeladas y carnes bovinas enfriadas exportadas entre 1883 y 1913, ya
que su evolución no fue homogénea. Para hacerlo, nos basamos en los Anuarios
de la Dirección General de Estadística de la Nación (en adelante, ADGEN).
Adicionalmente, cabe remarcar que la trayectoria de las carnes congeladas
y enfriadas fue prácticamente unívoca, pues estos productos se concentraron en
los mercados británicos. No obstante, consideramos que una de nuestras contribuciones es el reconocimiento de diversos esfuerzos por parte de la Argentina
por extender el espectro de las plazas compradoras, que quedaron truncos por
diferentes razones como los efectos tarifarios, las medidas para-arancelarias,
la concurrencia local y otros factores de competitividad internacional. Como
los intentos de desconcentración de la distribución geográfica permanecieron
invisibles en la estadística, trabajamos con fuentes diplomáticas, específicamente
la Serie Diplomática y Consular y las Memorias del Archivo del Ministerio de
Relaciones Exteriores y Culto de la Argentina.
Explicación: