¿Qué cambios sociales y económicos favorecieron la concentración del poder en las monar
nacionales?
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Respuesta:
Monarquía autoritaria es una categoría utilizada por la historiografía, que califica de monarquías autoritarias —sin que eso signifique considerarlas representantes de un sistema político completamente articulado y definido con validez general— a las monarquías de Europa Occidental (que también suelen designarse como monarquías nacionales o primeros estados-nación) entre finales de la Edad Media y comienzos de la Edad Moderna, en el surgimiento de lo que se ha venido en llamar el Antiguo Régimen.
jemplos de monarquías autoritarias serían las de Juan I de Portugal (quizá el caso más precoz), Luis XI de Francia (imponiéndose en el exterior a los ingleses y borgoñones y comenzando a imponer la supremacía real sobre los particularismos locales y estamentales en el interior de Francia), los Reyes Católicos en España o Enrique VIII en Inglaterra. Con más dificultades podría considerarse también a Maximiliano I de Habsburgo, pues si se ha de esperar a una definición territorial de sus dominios, de hecho no se producirá nunca, siendo el respeto de las peculiaridades locales uno de los rasgos de la dinastía Habsburgo, tanto en los Habsburgo de Madrid (Casa de Austria) como en los Habsburgo de Viena, incluso cuando ya éstos ya pudieron considerarse absolutistas, en el siglo XVIII y el XIX (el Imperio austrohúngaro sobrevivió como un estado multinacional hasta 1918).
Respuesta:
LA CENTRALIZACIÓN DEL PODER MONÁRQUICO.
Junto con las transformaciones sociales y económicas, la crisis del siglo XIV favoreció la concentración del poder en manos de los reyes. Este proceso histórico tuvo distintas características en cada país europeo, pero entre otras causas se debió al debilitamiento de los señores feudales en las guerras que libraron unos contra otros, a su pérdida de control sobre los campesinos y al enriquecimiento de las ciudades que, en muchos casos, apoyaron a los reyes a cambio de que los liberaran del pago de rentas señoriales.
Lentamente los reyes recuperaron las facultades que, durante cuatro siglos habían aprovechado los señores feudales; por ejemplo, la capacidad de administrar justicia y el cobro de impuestos por peajes y aduanas.
La concentración del poder político por las monarquías europeas no fue un proceso pacífico. En muchos casos, los reyes emprendieron largas guerras contra los ejércitos de los señores feudales para imponerse.
Las monarquías contaban con recursos provenientes de préstamos de los banqueros de las ciudades y, además, con los ingresos de los impuestos, que ahora cobraban los reyes. El objetivo de los monarcas era consolidar su poder político y elevarse sobre los señores feudales, pero de ninguna manera modificar las características básicas de la sociedad feudal. En este sentido, las monarquías aseguraron a la nobleza su posición económica y social. Asimismo, los reyes sometieron las rebeliones campesinas, lo que permitió el cobro de impuestos y las rentas feudales.
Con el fortalecimiento de las monarquías, lentamente se delinearon los Estados Modernos, con un territorio más o menos definido y unido. La aparición de una moneda única, acuñada por los reyes y la eliminación de peajes dentro de los Estados favorecieron el desarrollo del intercambio comercial y las actividades financieras. Por estas razones, la burguesía manufacturera, comercial y financiera apoyó a los monarcas en la concentración del poder.