que aspectos identifican la obra literaria de jose asuncion silva
Respuestas a la pregunta
Respuesta:En la obra de José Asunción Silva, iniciador de la modernidad en las letras colombianas, se resumen, como puntualmente lo reconoció hace años Rafael Maya, «todas las características del escritor fin de siglo»2. Tanto es así, que no se sorprende al cuidadoso lector de Silva ver cómo inteligencias tan preclaras como las de Miguel de Unamuno y Guillermo Valencia pudieran analizar y describir al autor del «Nocturno» en términos diametralmente opuestos, como si se tratara de dos poetas distintos. Para Unamuno, Silva fue un hombre de inspiración espontánea e ingenua, un poeta en quien las ideas no eran más que «un mero soporte de sentimientos»3. Valencia, por otra parte, en su brillante y acerba respuesta al doctor salmantino, subraya que Silva fue el artista consumado por excelencia, consciente, irónico, y en absoluto sentimental4. Con la perspectiva que nos permiten los años, podemos ver que hasta cierto punto ambos eminentes críticos tenían razón, y que el carácter heterogéneo de la temática de Silva en parte puede explicarse por la brevedad de su vida (apenas llegó a desarrollar su voz definitiva) y en parte por un conflicto psicológico cuya naturaleza no es posible precisar pero cuyas trágicas consecuencias nadie ignora.
Que el suave cantor de la inocencia perdida, de las nostalgias de las cosas viejas, de la trágica separación de jóvenes amantes, fuera también el despiadado forjador de las nihilistas Gotas amargas indica una realidad psicológica profundamente antagónica. El hecho es que los críticos no tenemos más alternativa que aceptar tales aparentes incoherencias en el espíritu de Silva, sin esforzarnos por resolver con una perspectiva nítida y reducida el alma compleja del gran autor. Todo lo contrario: mejor dedicarnos a destacar las contradicciones y a ver si en ellas mismas hallamos lo esencial de su extraordinario talento.
En el caso concreto de un estudio del contexto literario de su poesía, los elementos contradictorios en Silva son especialmente pertinentes. A pesar de ser el colombiano un autor dedicado a la novedad, orgulloso de estar al tanto de sus últimas manifestaciones europeas, sus temas, como veremos, se nutren sobre todo de la obra de los grandes poetas de la época romántica. Por otra parte, aun en sus momentos de máxima originalidad técnica, Silva es capaz de jactarse de su absoluto tradicionalismo. Bien conocido es el comentario suyo a Baldomero Sanín Cano en el que niega que haya alguna novedad en el metro del famoso «Una noche», atribuyéndole a una fábula de Iriarte la inspiración para utilizar la unidad de cuatro sílabas como base rítmica del verso5. El que Sanín Cano haya aceptado e incluso elaborado en forma detallada tal declaración es en verdad curioso, pues sugiere que deseaba defender a su amigo de la acusación de haber pecado por original en cuestiones de técnica: «A los intonsos les pareció metro nuevo, porque las cuatro sílabas de cada verso, en vez de estar distribuidas en renglones cortos, se añadían a las siguientes hasta exceder el ancho de la columna en las hojas periódicas» (P. y p., pp. 597-598).
Es posible que la atribución a Iriarte reflejase el deseo de escamotear las verdaderas influencias que rigen los versos de «Una noche», sobre todo la de los versolibristas franceses (ya señalada hace muchos años por Rufino Blanco Fombona)6. No cabe duda que los experimentos métricos de Stuart Merrill, Francis Vielé-Griffin y Henri de Regnier, entre otros, fueron en gran parte responsables de los ritmos sinuosos de «Una noche». Como se verá en lo que sigue, tampoco fueron desconocidos en la literatura de la época los temas que Silva explora en su obra maestra. La originalidad de Silva, indudable e importantísima, radica precisamente en el modo en que supo aprovecharse de sus modelos para modificar para siempre la naturaleza del verso castellano.
Como dice de Silva Bernardo Gicovate, «la asimilación de ideas y procedimientos heterogéneos y la absorción completa de sus lecturas en una obra variada a pesar de su exigüedad, no permite fácilmente el encuentro de reminiscencias que guíen en el estudio de las influencias extranjeras»7. No obstante, generaciones de críticos se han dedicado a determinar la extensión y naturaleza de tales influencias en la temática de Silva. Y la razón por la cual perdura esta indagación toca en la médula del modernismo. Silva, como algunos de sus contemporáneos hispanoamericanos, se sintió rodeado por un relativo vacío cultural, y se propuso la labor paradójica de crearse una tradición personal. Todo texto, nos viene mostrando la crítica reciente, es intertexto, y nunca es esto más evidente que en la producción literaria de Silva. Lo que nos interesa en estas páginas, por lo tanto, es detallar dentro de lo posible aquellos elementos del Zeitgeist literario que Silva sintetizó en su poesía, y así destacar el engaste literario en que hubo de brillar su inspiración.
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