Biología, pregunta formulada por leyvasantos2004, hace 3 meses

que areas cientificas no se han desarrollado en mexico​

Respuestas a la pregunta

Contestado por ximenaperez998p8t1yp
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Respuesta:

Falta de inversión en ciencia

La ciencia es, indiscutiblemente, una actividad

cara. Los microscopios, telescopios, aceleradores

de partículas, espectrómetros de masas, aparatos de

resonancia magnética nuclear, reactivos químicos, super

computadoras de alto rendimiento, y en general, las

herramientas que utilizan los científicos para trabajar

cuestan mucho dinero. Por lo tanto, el desarrollo

científico de cualquier país requiere de un gran

financiamiento, que puede provenir del Estado o del

sector productivo. No obstante, en México la inversión

que se hace en ciencia y tecnología es insuficiente. Por

ejemplo, de acuerdo con los últimos datos de la Red de

Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT), en 2009

la inversión de México en investigación y desarrollo

ni siquiera alcanzó 0,4% del Producto Interno Bruto

(PIB), mientras que en ese mismo año, en los Estados

Unidos, se invirtió en este rubro 3,04% del PIB. Esto

significa, en términos reales, que los Estados Unidos

invirtió entre 73 y 120 veces más dinero (dependiendo

de cómo se mida el PIB) en ciencia y tecnología, que

México.2

Desafortunadamente, lo anterior no es particular

de México. En general, los países de América Latina

invierten muy poco en este rubro. Por ejemplo, del total

de la inversión mundial en investigación y desarrollo en

2008, América Latina contribuyó solo con 2,3%.3

Es claro que el gran retraso provocado por la falta

de inversión en ciencia y tecnología está condenando

a los países de América Latina a operar simplemente

como «maquiladores» de los países desarrollados, sin

posibilidades reales de competitividad y modernidad.

Además, en los desarrollados no solo son los

gobiernos los que invierten en ciencia y tecnología,

sino también el sector productivo (industria privada),

el cual financia la mayor parte de la investigación

científica de esos países. Por ejemplo, de acuerdo con

la Organización para la Cooperación y el Desarrollo

Económico (OCDE), durante 2008 en los Estados

Unidos el sector productivo financió 67,3% de la

inversión para ciencia y tecnología, mientras que el

gobierno proveyó solo 27,05% (el resto provino de

universidades y de organizaciones no gubernamentales

sin fines de lucro).4

En México ocurre lo contrario;

el gobierno es la principal fuente de financiamiento

para la ciencia y tecnología, sobre todo porque el

sector productivo, casi inexistente, prefiere comprar

la tecnología a países desarrollados en lugar de invertir

en el desarrollo propio.

Los países que invierten fuertemente en ciencia y

tecnología lo hacen porque están conscientes de que el

desarrollo económico y social requiere necesariamente

del científico y tecnológico. Han decidido costear los

instrumentos caros de los científicos porque saben

que eventualmente esta inversión generará riqueza y

bienestar social. Es clarísimo: los países que dominan

económica y culturalmente al mundo también lo hacen

científica y tecnológicamente. No es coincidencia, la

correlación es obvia. Sin embargo, como mencionaba

antes, no todos los países se han dado cuenta de que la

ciencia es indispensable para el desarrollo mismo del

país. Ello nos conduce a lo que yo considero la principal

problemática de países como México.

Falta de una cultura científica

En el año 2009, el Consejo Nacional de Ciencia

y Tecnología (CONACyT) y el Instituto Nacional de

Estadística y Geografía (INEGI) llevaron a cabo una

encuesta para determinar cuál es la percepción pública

de la ciencia y la tecnología en México.5

Entre los

resultados que más me llamaron la atención destacan:

l 86,3% de los encuestados confía mucho más en la

fe y en la magia que en la ciencia para resolver sus

problemas;

l 57,5% considera que los científicos pueden ser

«peligrosos» debido a sus conocimientos;

l 50% estima que la ciencia y la tecnología generan

una manera de vivir artificial y deshumanizada.

Esto refleja, entre otras cosas, que en México la

mayoría de la gente no sabe qué es la ciencia ni su utilidad,

y mucho menos cree que es una actividad fundamental

para el desarrollo del país. Desafortunadamente, la

no valoración de la ciencia como un eje central de

desarrollo se extiende de manera amplia a la clase

política mexicana. Por ejemplo, en los últimos cuatro

años el Presidente de la nación no se ha presentado

a entregar el Premio Nacional de Ciencias. Por ello,

este último año, el Director de la Academia Mexicana

de Ciencias decidió llevar a cabo la ceremonia aun en

ausencia del mandatario.6

Explicación:

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