Historia, pregunta formulada por androide18073, hace 7 meses

que actividades realizaban los nobles en el posclásico mesoamericano​

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Contestado por jimmybasurto7
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El postclásico vuelve a ser una época de esplendor ( en opinión de algunos autores no tan grande como el clásico ), basada en la consolidación de nuevas unidades políticas y en una compleja organización sociopolítica mantenida rígidamente, no sólo por el temor a las sanciones sobrenaturales, sino en buena parte por la fuerza de las armas.

Hubo varias alianzas o confederaciones de señoríos para tener más fuerza y extender su dominio sobre otros pueblos. Típica, y la mejor documentada, es la " Triple Alianza " Tenochtitlan-Tezcoco-Tlacopan que dio pie al imperio mexica, pero también las hubo entre los tarascos, los mayas y otros grupos.

Estas formas políticas requirieron de leyes que aseguraban la relación entre sometedores y sometidos así como entre los aliados dominantes entre sí; tal vez no eran algo totalmente nuevo, pero a no dudarlo adquieren en esta fase mayor relevancia y una formalización más plena. Son del postclásico (aunque tengan antecedentes en otras épocas) las leyes de que tenemos noticia, recogidas en las obras de los cronistas, historiadores y aun tratadistas europeos que pasaron al Nuevo Mundo.

La amplia base campesina de la sociedad estaba organizada sobre principios de parentesco con descendencia unilineal, los " barrios " o " aldeas '' de tipo clánico identificadas con sus bases territoriales. Muy por encima de ellos estaba la familia de los '' señores ". Menos seguridad hay sobre la exisrencia, número y ubicación social de otros grupos.

Varios autores nos hablan de " nobles '', pero si se analizan con cuidado los texros resulta que éstos son los familiares del señor, o bien, señores locales. También se menciona a los sacerdotes como un grupo de gran influencia, paralelo y a veces contrapuesto al de los nobles, sólo que al examinar atentamente las biografías individuales encontramos que las personas fueron '' nobles '' y " sacerdotes " así como " jefes " militares, así es que no se trata de estratos ni segmentos sociales diferentes, sino de miembros de la familia señorial encargados de funciones diversas.

Se afirma igualmente que los mercaderes formaban un estrato social colocado entre los nobles y los campesinos. Tal vez no fuera exactamente así, sino que se tratara de un "barrio" clínico con especialización ocupacional, como había otros en el postclásico -plateros de Azcapotzalco, plumajeros de Amantla, salineros, escultores, y muchos más- que obtuvo un estatus especial.

No puede enrenderse el poder en las sociedades del postclásico si se olvida su organización social. En cada unidad socio-territorial y en cada nivel de éstas ( "barrio", señorío sujeto, gran señorío e " imperio " ) habría un reducido grupo regente y una amplia base gobernada. La organización política consistía de una pirámide de señoríos, con una base muy amplia de señoríos locales, agrupados en señoríos regionales, a su vez formando grandes señoríos que en ocasiones constituían un imperio. En la cima de un imperio podía estar una confederación de tres ( o cuatro ) señoríos en vez de uno solo. Las funciones del señor y su consejo eran las mismas en todos los niveles: gubernativa, sacerdoral, jurídica y milirar, pero las decisiones de cada señorío estaban limitadas por las de los señoríos superordinados suyos. El postclásico instaura un nuevo orden en el que cada señorío respalda con la fuerza militar la protección que le daban sus dioses.

Se generaliza la práctica -usual desde antes en la zona maya- de que un señorío hiciera guerra a sus vecinos, para engrandecerse incorporándolos y sometiéndolos al pago de tributo. A veces se establecían estas alianzas pacíficas por medio de matrimomos entre sus señores.

La omnipresencia de la religión en la vida cotidiana, tanto privada cuanto pública, no parece haber sufrido mengua durante el postclásico. Todavía a principios del siglo XVII, en plena Colonia y tras el denodado esfuerzo de la Iglesia cátolica por desarraigar las antiguas creencias, Hernando Ruiz de Alarcón y De la Serna recogieron abundantes "'conjuros" que obtenían de los seres y fuerzas sobrenaturales la protección paraactividades de toda clase.

Incluso las formas de comportamiento que se consideraban dependienres de la naturaleza de la gente, de las cosas, de animales y de plantas, habían sido dictadas por los dioses o, por lo menos, derivaban de que los dioses hubieran hecho el mundo como era. Si no se seguían -más por inadvertencia que intencionalmente- los dioses enviaban castigos que podían aquejar al infractot o a los de su "barrio". Había también una serie de disposiciones sobre ofrendas, duras tareas, autosacrificios y abstenciones cuyo cumplimiento o incumplimiento acarreaba los consiguientes males.

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