Religión, pregunta formulada por Silvicr321, hace 8 meses

¿Qué acciones nos ayudan a mantenernos en gracia para participar de la Eucaristía?


irimarcela: mantener el respeto hacia las personas,no mentir,cumplir los mandamientos ,siempre orar y darle gracias a dios

Respuestas a la pregunta

Contestado por gabylololol15
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Respuesta:Quizás nos ocurre con frecuencia que el ir a Misa el Domingo se convierte en una actividad más. Acudimos a la iglesia sin pensar mucho, distraídos por la jornada de descanso, o más o menos preocupados por otros motivos. La Eucaristía se inicia y concluye casi sin darnos cuenta.

Explicación:

«La Iglesia vive de la Eucaristía»[1]. Con estas palabras el Santo Juan Pablo II iniciaba en el año 2003 una hermosa encíclica sobre la Eucaristía en su relación con la Iglesia. En ella, la última encíclica que escribió, nos recordaba que el sacrificio eucarístico es «fuente y cima de toda la vida cristiana» y «contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan de Vida, que da la vida a los hombres por medio del Espíritu Santo»[2]. Algunos recordarán que el mismo Pontífice convocó la celebración de un Año de la Eucaristía, que concluyó en octubre de 2005. Dos años después su sucesor, el Papa Benedicto XVI, nos ofrecía otro iluminador documento, la Sacramentum caritatis, sobre la Eucaristía, fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia. Como nos recuerdan ambos Pontífices, para los católicos la Eucaristía tiene un lugar central en nuestra vida cristiana. Vale la pena, pues, poner todo esfuerzo para participar mejor de este sacramento que la Iglesia recibió de Cristo «no sólo como un don entre otros muchos, aunque sea muy valioso, sino como el don por excelencia, porque es don de sí mismo, de su persona en su santa humanidad y, además, de su obra de salvación»

Prepararnos con tiempo

Es importante, entonces, que nos preguntemos cómo podemos participar mejor de la Eucaristía. En primer lugar necesitamos una adecuada preparación. Como en muchos otros aspectos de la vida cristiana, la rutina es un enemigo al cual siempre hay que combatir. Quizás nos ocurre con frecuencia que el ir a Misa el Domingo se convierte en una actividad más. Acudimos a la iglesia sin pensar mucho, distraídos por la jornada de descanso, o más o menos preocupados por otros motivos. La Eucaristía se inicia y concluye casi sin darnos cuenta. Una primera manera de contrarrestar esta situación es profundizar en nuestra comprensión sobre la Eucaristía. No es una condición esencial estudiar para una mejor participación, pero quizás hemos experimentado que comprender un poco mejor algunas realidades ayuda muchísimo a que participemos mejor, y a la vez, una mejor participación nos ayuda a una mayor comprensión. Entonces, ¿por dónde podemos empezar? Remitámonos en primer lugar al Catecismo de la Iglesia Católica. En la segunda parte del Catecismo se trata sobre la celebración del misterio cristiano, y podemos hallar ahí, en los números 1322 a 1419, una explicación esencial de este sacramento. Ahí mismo podemos encontrar algo que nos será de gran ayuda: las partes de la Misa. Conocer la estructura de la celebración nos resultará muy valioso para seguir la Misa y participar mejor de ella.

Junto con el Catecismo es conveniente también leer algunos otros textos que sean de particular ayuda para que profundicemos en este misterio. Sin ir muy lejos, las enseñanzas de los últimos Pontífices nos ofrecen un abundante material de lectura, estudio y reflexión. Recordemos, por ejemplo, las ya mencionadas Sacramentum Caritatis (Sacramento de la Caridad) y la Ecclesia de Eucharistia (La Iglesia vive de la Eucaristía) a las cuales podemos añadir la carta apostólicaDies Domini (El día del Señor), del Beato Papa Juan Pablo II. Meditar estos textos tendrá muchísimos frutos en nuestro modo de participar en la Eucaristía y los tenemos a la mano en internet y en las librerías católicas.

Hay finalmente un medio más que nos puede resultar de gran valor. Como sabemos en la Misa siempre se leen pasajes de la Escritura como parte de la Liturgia de la Palabra. Meditar y reflexionar sobre estos pasajes ayuda a que participemos mejor. En internet hay abundantes sitios que señalan las lecturas de la Misa, y también podemos suscribirnos a reflexiones sobre el Evangelio dominical. Meditar en las lecturas bíblicas, rezarlas, nos predispone para una mejor y más concentrada participación. Ello nos ayudará también a que durante la Misa estemos más atentos a las lecturas, y así estar mejor dispuestos para el encuentro con la Palabra de Dios.

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