Salud, pregunta formulada por Tiffanyisaa, hace 9 meses

¿Puede la escuela compensar las desigualdades socioeconómicas de las familias?

Respuestas a la pregunta

Contestado por geovanna19944
2

Respuesta:

si puede xq la escuela no mira raza color estatus social solo nos enseña  a todos por igual

Explicacsiión:

Contestado por tuncho3
3

Respuesta:

esta informacion es de fuente de internet espero que te ayude

No. La escuela es apenas un medio que abre y potencializa las posibilidades para reducir la desigualdad social económica. Pero por sí misma es insuficiente. Hace falta el esfuerzo y compromiso del individuo que participa del proceso educativo, que muchas veces va ligado al mismo esfuerzo y compromiso de la familia en tanto que el estudiante dependa económicamente de la familia.

Hay un factor pocas veces considerado cuando se habla de “superar la desigualdad” por medio de la escuela o la educación. La persona que se beneficia de manera directa de la educación, queda expuesta al riesgo de alienación, es decir, de perder su identidad, sus vínculos y tradiciones. De tan obvio que esto es, suele afirmarse que la escuela es el único camino para “superarse”, lo cual implica que hay un cambio, que dicho cambio se supone invariablemente bueno y favorable, pero también que el lugar, la identidad o la condición de origen son inferiores, o malos en comparación con la meta que se promete alcanzar por medio de la educación.

Yo difiero por ello de esta definición implícita por lo que puede causar, de una manera que no se puede considerar sino como un daño a la persona y a la familia, que se presuponga que sólo con educación se puede superar la desigualdad. Hay otras maneras, la primera de ellas cesando las comparaciones con aquellos que consideramos superiores o mejores que nosotros, lo que exige un esfuerzo mucho mayor, de plena conciencia, libertad y responsabilidad. Si he de recibir educación, ha de ser en aquellos temas y cuestiones que me permitan ser más feliz, más saludable por más tiempo; pero jamás bajo preceptos que impliquen ni dinero, ni alcanzar un determinado estatus social. Puesto así, la educación pierde (y ojalá así se lo plantearan las escuelas y los profesores) esa misión socio-económica que como ya he señalado, oculta de forma implícita una invitación a dejar de ser uno mismo para convertirse en lo que “la sociedad” (en realidad quienes detentan el poder político y económico) quieren que seamos.

Abatir la desigualdad equivale a promover la uniformidad, y eso en mi opinión es perverso. Si la meta fuera “potenciar las capacidades individuales para que cada persona, decidiendo libremente y de forma consciente, alcance sus propias metas y eso contribuya primero a su bienestar individual y luego al bienestar comunitario”, esa sí que sería una gran educación.

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