principales diferencias entre el siglo 17 y el siglo 21 en Colombia
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Esta investigación nació del gran interés que despertó en mí la lectura paralela
del Ensayo sobre las revoluciones políticas de José María Samper, 1861, y de La
República en la América española de Sergio Arboleda, 1867. A pesar de las diferencias evidentes entre los dos pensadores decimonónicos respecto a su filiación
política, al papel que cada uno asignaba a la Iglesia católica en el Estado y al tipo
de democracia que proponían establecer, encontraba que era necesario ir más allá
de estas discrepancias para interrogar las formas en que era pensada la nación
colombiana en el siglo XIX. Ambos pensadores hicieron del campo de la escritura y de su ejercicio letrado escenarios para fundar y pensar la nación, a la vez
que se definían y se posicionaban como miembros de la élite nacional. Ellos no
eran casos aislados en un ambiente político y cultural dominado por la figura del
letrado, ya fuese cosmopolita o “raizalista”, liberal o conservador, comerciante,
hacendado o sólo literato.
Teniendo presente estas diferencias en los letrados, comencé a plantearme
preguntas sobre la construcción de la nación “más allá de la comunidad imaginada”, al decir de Castro y Chasteen (2003). No sólo sobre los textos de Samper y
Arboleda, sino sobre muchos otros, era posible preguntarse cómo la nación era a
la vez un proyecto de unificación y diferenciación, en el cual la figura del pueblo
era constituida paralelamente a la de la élite nacional. De allí que, en relación con
la construcción de la nación, el tema que más me ha llamado la atención, por su
recurrencia en la descripción que se hace de Colombia, es el de la producción de la
diferencia, en particular, la regional. Sin embargo, la lectura del mismo Arboleda
y de las geografías y descripciones del país en la primera mitad del siglo XIX me
demostraba la preeminencia de otras formas de diferenciación poblacional que
no aludían a lo regional, sustentadas todas en fuertes explicaciones racialistas.
La diferencia emergía por doquier en los relatos de la nación, por cuanto era un
camino privilegiado para generar un orden jerárquico en el que las élites letradas
definían su posición. En este sentido, la construcción de las diferencias fue también un escenario de lucha de las élites por hacerse al dominio simbólico de la na