¿porqué se podría decir que la historia de los derechos es una historia de luchas que aveces de ganaban y otra perdían?
Respuestas a la pregunta
El 10 de diciembre ha sido instituido por las Naciones Unidas como el Día de los Derechos Humanos. Con ello se celebra la fecha del año 1948 en que se aprobó laDeclaración Universal de Derechos Humanos, que consagra el respeto a los derechos humanos y a la dignidad de la persona humana como “los fundamentos para la libertad, justicia y paz en el mundo”.
La Declaración es la resultante de una evolución y de un momento histórico determinado que, en un afán de universalización y concreción encarna, como bien señala Amnistía Internacional, “las normas y principios empezados a promulgar hace siglos de forma fragmentada y difusa en distintos entornos culturales”.
En efecto, desde los inicios, todas las culturas y grandes tradiciones – escritas y orales – recogen la exhortación a la necesidad de comportarse fraternalmente con aquellos que nos rodean, en torno a conceptos como el respeto, la igualdad, la solidaridad, la justicia.
A lo largo de la historia y a medida que las sociedades se fueron haciendo cada vez más complejas – aunque no de manera lineal – los derechos de los individuos fueron adquiriendo mayor protagonismo. En la historia moderna, la conceptualización de los derechos humanos fue abarcando nuevas dimensiones para contemplar no solamente los derechos llamados de primera generación (derechos civiles y políticos) y de segunda generación (derechos económicos, sociales y culturales) sino también los de tercera generación (derechos de solidaridad), que ponen énfasis en el carácter unificador de su incidencia en la vida de todos. Esta última categoría incluye el derecho a un medio ambiente sano, al aire puro, a disponer de agua limpia y alimentos no contaminados, derechos que se pueden considerar implícitos.
Por otro lado, también ha ido creciendo la conciencia sobre la situación relegada de las mujeres, supeditadas a la autoridad del hombre, ya fuera el marido, el padre o incluso el hermano, situación que se ha reiterado en distintas épocas y diferentes civilizaciones. La creciente incidencia de las mujeres en las luchas sociales así como sus propias luchas, han aportado otra dimensión a los reclamos de igualdad y justicia y han dado visibilidad a la condición estructural de la desigualdad de género, imbricada en todos los órdenes sociales y económicos, como ha quedado demostrado a lo largo de la historia.
Lo es cierto es que, con o sin enunciados, el avasallamiento de la dignidad humana ha sido moneda corriente, y continúa siéndolo. Y es que, nuevamente citando a Amnistía Internacional, “la historia de la humanidad es la historia de una tensión, entre defensores de privilegios y de conductas ultrajantes o violentas por un lado (amparándose en las costumbres, en designios divinos u otros razonamientos), y por otro el anhelo de vida, libertad y bienestar de los seres humanos marginados u oprimidos.”
Es así que el Día de los Derechos Humanos adquiere importancia como recordatorio de la tarea que aún nos queda pendiente como humanidad: expandir la conciencia del sí mismo hacia la conciencia de la existencia del prójimo, en respeto y solidaridad. Esto, que sería la mejor fórmula para cumplir nuestro destino de vida en sociedad como garantía para la supervivencia y el “buen vivir”, implica una transformación de las personas y las sociedades allí donde campea la injusticia, el atropello, la explotación, la exclusión, la violencia.