Porqué se limitó la actividad industrial en Nueva España ?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
principales actividades económicas de nueva España Las actividades económicas durante la historia del virreinato en México fueron parte importante del desarrollo y evolución de la vida diaria de la nueva España.Fue principalmente: la minería : a principal actividad que se desarrollo al grado de ser esenciales tanto dentro como fuera de la colonia.
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hola (っ^▿^)
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Desarrollo
Considerando el limitado desarrollo industrial de la metrópoli, no cabía esperar que en las colonias fuera éste un sector en auge. Y en efecto no lo fue, en parte debido a la propia política española, que no mostró ningún interés en fomentar la expansión industrial indiana, más bien al contrario, de acuerdo con los principios mercantilistas se procuró obstaculizarla en la medida en que podía suponer competencia para la metrópoli. Pero tampoco los propios españoles americanos se interesaron por acometer actividades de este tipo, se ha dicho que por considerarlas poco acordes con la mentalidad caballeresca imperante, y quizá también por la atracción ejercida sobre el emigrante por el sector minero, con su posibilidad de riqueza inmediata. De todas formas, las industrias surgen espontáneamente allí donde había un mercado para un artículo que no era suministrado por la metrópoli o por el contrabando, de manera que el desarrollo industrial americano es la respuesta al fracaso de España en abastecer a sus colonias de productos manufacturados. En las ciudades alcanzará gran importancia la industria artesanal, cuidadosamente regulada por ordenanzas gremiales, y encaminada a la producción de artículos de demanda cotidiana, destacando las actividades relacionadas con el vestido (sastres, zapateros, bordadores, etcétera) y la alimentación (elaboración de pan, salazones, quesos, azúcar, miel), así como la artesanía artística, en especial la orfebrería y platería. También se desarrollaron las industrias de las fundiciones, cecas, o las relacionadas con la ganadería (curtido de cueros, velas de sebo, jabón), o la construcción (ladrillos) o transporte (fabricación de carros). Pero al margen de estas actividades artesanales, las industrias americanas que merecen tal nombre son la elaboración de textiles y la construcción naval. La construcción naval se desarrolla favorecida por la abundancia de materias primas, sobre todo excelentes maderas pero también algodón y pita para las velas y cordaje, brea para calafatear, y demás materiales necesarios, excepto el hierro que había que importar de España. Destacan sobre todo los astilleros de La Habana y Guayaquil, pero también los hubo en Huatulco (Nueva España), Panamá, Cartagena de Indias, Realejo (Nicaragua), Coatzacoalcos (istmo de Tehuantepec). En general, casi todos los puertos cumplen funciones de careneros, con instalaciones para reparar y calafatear buques, e incluso construir pequeñas embarcaciones. En el siglo XVIII habrá una política oficial de fomento de la construcción naval, que en América se refleja en diversos intentos de creación de astilleros reales (por ejemplo en Coatzacoalcos) finalmente concretados en el impulso dado al de La Habana, donde se construirá buena parte de la armada española de los Borbones. La producción de seda fue también importante a mediados del siglo XVI en Nueva España, y en este caso fomentada oficialmente, por el virrey Antonio de Mendoza. El obispo de México, Juan de Zumárraga, propuso que se enviaran familias moriscas de Granada para que enseñaran a los indios la cría de gusanos de seda. Puebla y Antequera de Oaxaca fueron los centros sederos más importantes. Pero a fines del siglo, y para proteger las sederías metropolitanas, se inician las prohibiciones, comenzando en 1596 por la prohibición de plantar más moreras, y acabando en 1679 con la orden de destruir las sederías existentes. En adelante esta actividad se reducirá a escala artesanal. La principal actividad industrial en la América colonial, tanto por producción como por mano de obra empleada, es la elaboración de telas de algodón y lana. Debe su establecimiento a la escasez y carestía de las llamadas telas de Castillo (que solían ser de bastante más al norte, y se llamaban ruanes, holandas, y hasta damascos). Pero en este aspecto, la incapacidad de España para satisfacer la demanda de sus colonias era con frecuencia compensada con el muy intenso contrabando,