¿Porqué se afirma que Eugenio María de Hostos fue un pensador social?
Respuestas a la pregunta
Explicación:
El pensamiento social alcanza en América, como en Europa, un interesante grado de desarrollo y difusión durante el siglo XIX. Preferimos hablar de «pensamiento social», particularmente para el caso de la América Española, ya que la discusión acerca de la idea de la sociología y la elaboración de hipótesis o modelos de interpretación de la realidad se encuentran fuertemente ligados al logro de objetivos políticos e históricos concretos, e incorporados a la literatura ensayística y retórica de la época. Se ha dado en señalarla primera década de nuestro siglo como el momento de surgimiento de la sociología dentro del horizonte intelectual americano. El Tratado de sociología de Eugenio María de Hostos, publicado en 1904 marca el comienzo de la «fase fundacional» de la ciencia social en Hispanoamérica1. De hecho, tal como el título lo muestra, esta obra es pionera en cuanto intenta fundar, sobre bases objetivas y sistemáticas, una disciplina científica cuyo tema es la sociedad; y que, a semejanza de las ciencias naturales, posee un objeto y un método específicos.
Sin embargo, cabe la pregunta acerca de si una reflexión, del tipo de la que propone Hostos, puede ser considerada, en sentido estricto, como ciencia sociológica. En efecto, con criterio diferente, Gino Germani establece una división entre la pre-historia y la historia de la Sociología. Sólo en esta última, iniciada en los años 50, habrían alcanzado los cientistas sociales la madurez requerida para no caer en posiciones subjetivas y poner suficiente distancia respecto de la sociedad como objeto de trabajo; aunque, de todos modos, a ella pertenecen y en ella participan2.
Ahora bien, sin intención de involucrarnos en una discusión sobre la historia de la Sociología en América, nos interesa señalar que si bien los escritos sociológicos de Hostos son los primeros que expresan con claridad la voluntad de constituir una ciencia de la sociedad, no puede afirmarse, sino con muchos recaudos, que ellos sean efectivamente expresión de una ciencia sociológica. Nos atrevemos a adelantar que su valor para la Historia de las Ideas, radica más bien en su carácter de respuesta a situaciones históricas concretas. Desde esta óptica es que intentamos dialogar con ellos.
El Tratado de sociología es uno de los escritos sistemáticos de Eugenio María de Hostos. Tal como está editado corresponde a la versión recogida por sus alumnos del Curso de Sociología de 1901. Consiste en el desarrollo de un plan para la constitución de la Ciencia Sociológica. Por la fecha en que fue recopilada esta versión de la sociología hostosiana, podría considerarse que corresponde a la última etapa de su producción. Sin embargo, la misma edición del Tratado contiene un Resumen de la sociología, que consta de quince lecciones dictadas por Hostos a sus alumnos en la Escuela Normal de maestros a partir de 1880, es decir, durante sus «nueve años en Quisqueya». Estas lecciones contienen las nociones básicas de la sociología elaboradas por el autor y podrían ser consideradas como el núcleo fundamentador de su pensamiento social.
La presencia de ambos textos nos ofrece una interesante posibilidad de analizar desplazamientos y matices, ausencias y presencias de temáticas diversamente acentuadas en función de la posición axiológica tomada frente a una realidad cambiante. Recordemos que el contexto de producción del Resumen está dado por las luchas de liberación nacional de las Antillas: La República Dominicana acaba de obtener su segunda independencia de la metrópoli española (1865); mientras Puerto Rico y Cuba iniciaban su proceso emancipador. Proceso que chocaría primero con el expansionismo territorial norteamericano, y que hacia los finales del siglo se transformaría en un nuevo tipo de absorción imperialista, en la cual la posesión territorial es relativamente indiferente. La producción del Tratado se inscribe en los difíciles momentos en que anticolonialismo y antianexionismo se combinan y suceden sin solución de continuidad, en una lucha con profundas implicaciones sociales, tales como la reivindicación de la abolición de la esclavitud y la búsqueda de la identidad nacional.