porque se afirma que el capitalismo no es eterno
Respuestas a la pregunta
¿Acaso el capitalismo existirá y persistirá para siempre, hasta la eternidad? La lógica más elemental nos dice que no puede ser así. Todos los sistemas económicos o modos de producción que han existido siguen pasos o etapas similares: surgen del sistema anterior -de sus entrañas-, se desarrollan hasta tornarse en el sistema dominante sobre cualquier otro, alcanzan un período de esplendor y luego comienzan su decadencia, dando paso a un nuevo sistema que seguirá un recorrido similar. Los sistemas económicos no desaparecen, no ‘mueren’. Decaen, se distorsionan, se tornan ineficaces para solucionar las necesidades y los anhelos de la sociedad. Es equivocado pensar que un sistema llega a un final absoluto; por el contrario, los diversos modos de producción subsisten y coexisten. Lo que se impone es el nuevo sistema que compruebe en la práctica su mayor eficiencia productiva y distributiva: el nuevo sistema dominante, que relega a los demás a la categoría de subordinados o dependientes. El capitalismo no es una excepción. Se habla en los medios profesionales y académicos de una época dorada del capitalismo que corresponde aproximadamente a la segunda posguerra mundial del siglo pasado hasta aproximadamente los años 70 u 80 (John Harrison, Eric Hobsbawm). Hoy el capitalismo atraviesa la crisis más profunda y más extensa en el tiempo y en el espacio, la que desató la quiebra de Lehmann Brothers en 2008 y todavía nadie puede comprobar que se ha superado. En la realidad de las cifras se prolonga y se profundiza, pese a momentáneas señales de mejoramiento, tanto en Europa y la eurozona en particular, como en Estados Unidos y su órbita, con momentos y cifras de recuperación nada sólidas, desalentadoramente precarias. Todo esto aparece en el telegrafo.