porque razones el gobierno gano en poco tiempo la guerra de 1895
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Un centenar de jefes liberales de la capital, encabezados por el ex presidente Santos Acosta, había convenido el 23 de enero de aquel año como santo y seña para el estallido de la revolución. Pero tan ostensible y permeable pretexto fue detectado por Enrique de Narváez, director general de comunicaciones del gobierno regenerador, quien de inmediato denunció tan pueril ingenuidad al vicepresidente Miguel Antonio Caro, quien gobernaba a raíz del deceso del presidente Rafael Núñez. Dos días antes, el 21 de enero, comenzó la represión oficial con la detención del general Acosta y de los jefes comprometidos en el alzamiento. Aquella fecha anunciada y su represión, fueron perfeccionadas con la traición, el espionaje y la delación.
Explicación:
Se concluye entonces que la revolución de 1895 nació muerta. Empero, algunos jefes liberales resueltos, como los generales Uribe Uribe y Siervo Sarmiento, reclutaron a las carreras algunos centenares de estudiantes y artesanos que mal armados y peor equipados pero eso sí embriagados de mística, entusiasmo y valentía, se lanzaron eufóricos a la aventura bélica. Otro tanto ocurrió en las provincias tolimenses -cuyo presunto jefe, el general Isidro Parra fue asesinado atrozmente en El Líbano- boyacense y santandereana.
Para entonces persistían y se agudizaban la represión, la persecución y la despótica hegemonía de la Regeneración. El liberalismo, ante aquella encrucijada trágica, optó por la guerra como única solución para su subsistencia, creyendo oportuno lanzarse a la revuelta con el apoyo de los históricos, conservadores desafectos a los nacionalistas del señor Caro, y la adhesión de las guarniciones capitalinas. Grave error y trágica consecuencia fue aquella política ingenua porque a la hora de la verdad los históricos rodearon al gobierno y las tropas no se movieron. Una vez más, la precipitud y la improvisación fueron causas de la derrota de la revolución liberal y de su aniquilamiento. En consecuencia, la guerra no excedió los meses de enero a marzo de 1895.
Sostenidamente se combatió en Cundinamarca, Río Magdalena, Costa Atlántica y con ardentía en el Tolima, Boyacá y Santander, incluyendo el Norte, departamento que aún no existía. A pesar de algunas honrosas victorias, las montoneras liberales fueron derrotadas por el ejército conservador de línea, con oficiales de academia y dueño del presupuesto nacional. Primera grave derrota liberal fue el descalabro de La Tribuna (Facatativá) que terminó el 29 de enero con la retirada del general Uribe y la firma del Convenio de Beltrán entre los generales Rafael Reyes y Sarmiento. Y última y definitiva derrota liberal fue la espantosa y encarnizada batalla de Enciso, Santander, el 15 de marzo, que precipitó la Capitulación de Capitanejo.
Aquellas victorias y convenios de paz consagraron el vigoroso y espléndido prestigio conservador del general Reyes, ya con aureola presidencial pero a disgusto del señor Caro. Y el liberalismo, derrotado pero no vencido, se alistó para desencadenar otra horrorosa hecatombe: la guerra de los Mil Días!