Tratamiento de datos y azar, pregunta formulada por potaxie6968, hace 8 días

¿Porqué para la sociedad de esa época (siglo XIX) las personas afroamericanas eran motivo de discriminación social?​

Respuestas a la pregunta

Contestado por camilaotalora45
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Respuesta:

Explicación:

En 1888, el Brasil, que tenía una población mayoritariamente negra, mulata y de mezcla de razas, abolió la esclavitud, siendo el último país del hemisferio occidental en hacerlo. Durante más de 300 años de esclavitud en el continente americano, el Brasil había sido el país que más esclavos africanos había importado, ya que había llevado al país siete veces más esclavos africanos que los Estados Unidos de América.

Otra diferencia importante era el grado de mestizaje o de mezcla de razas que se había producido, debido en gran parte al predominio del sexo masculino entre sus colonizadores. A diferencia de la colonización en América del Norte, hecha sobre la base de familias, los colonos portugueses del Brasil fueron sobre todo hombres solos. Por esta razón, esos colonos buscaron como compañeras a mujeres africanas, indígenas o mulatas, siendo muy común el mestizaje o cruzamiento de razas. Hoy en día, los brasileños a menudo manifiestan su orgullo por su historia de mestizaje y siguen teniendo tasas de matrimonio entre miembros de razas diferentes que son mucho mayores que las que se registran en los Estados Unidos de América.

El mestizaje y los matrimonios mixtos sugieren la existencia en el Brasil de unas relaciones fluidas entre las razas y, a diferencia de los Estados Unidos o de Sudáfrica, allí no hubo en todo el siglo XX leyes específicamente racistas, como las de segregación o de apartheid. Por esos motivos, los brasileños consideraban a su país como una “democracia racial” desde una época tan temprana como el decenio de 1930 y hasta hace pocos años. Consideraban que el racismo y la discriminación racial eran mínimos o inexistentes en la sociedad brasileña, a diferencia de otras sociedades multirraciales del mundo. Una concepción relativamente estrecha de la discriminación hizo que en el pasado se considerara como discriminatorias únicamente las manifestaciones explícitas de racismo o las leyes raciales, con lo que sólo países como Sudáfrica o los Estados Unidos se consideraban verdaderamente racistas. Por otra parte, en la sociedad brasileña no se debatía abiertamente la cuestión racial, a la vez que se consideraba que otras sociedades estaban obsesionados con la raza y las diferencias entre las razas.

En el momento de la abolición de la esclavitud, la población del Brasil era mayoritariamente negra y mulata hasta el decenio de 1930, cuando el Brasil fomentó la llegada de un gran número de inmigrantes europeos, con el objetivo de obtener nueva mano de obra. En el contexto del racismo científico que existía en esa época, que consideraba que una población no blanca era problemática para el desarrollo futuro, las autoridades del Brasil estimularon abiertamente la inmigración de europeos a la vez que obstaculizaron la inmigración de chinos y africanos. Se esperaba que la creciente población de origen europeo se mezclara con la población de color, “blanqueando” la población del Brasil.

El Censo de 2000 pone de manifiesto que el 40% aproximadamente de los brasileños se consideran mulatos o con mezcla de razas, mientras que 5% se consideran negros y 54% se consideran blancos; menos del 1% se consideran asiáticos o indígenas. Esas estadísticas se basan fundamentalmente en la expresión de la propia identidad, ya que en el Brasil la raza o el color se determinan generalmente por el aspecto. Muchas personas clasificadas como blancas, por ejemplo, pueden ser parcialmente de ascendencia africana o indígena, pero su aspecto es lo que define su clasificación y su trato en la sociedad. Naturalmente, existe ambigüedad en la clasificación de las personas que están en la frontera entre un color y otros

La mayor parte de la discriminación en el Brasil es sutil y consiste en menosprecio, actitudes agresivas y muchas otras prácticas casuales, mientras que las formas de racismo flagrantes y explícitas dirigidas contra personas concretas, especialmente los insultos raciales, se consideran más claramente como racistas. Aunque la legislación antirracista brasileña reprime esos incidentes, que desde hace mucho se consideran antibrasileños, existen prácticas individuales e institucionales sutiles que mantienen y reproducen las desigualdades raciales. Formas de pensar basadas en prejuicios raciales, en que las jerarquías raciales se aceptan como naturales, parecen estar tan profundamente arraigadas en la cultura del Brasil como en la de todos los países del mundo.

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