Religión, pregunta formulada por sorrodelo, hace 3 meses

porque No somos nada ante la naturaleza​

Respuestas a la pregunta

Contestado por trujillomanriquemanu
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NATURALEZA Y MODERNIDAD

Para entender, en parte, la sentencia de Así habló Zaratustra que abre este escrito pueden ser un punto de partida las siguientes palabras del último Nietzsche en su "tristemente célebre" El Anticristo de septiembre de 1888

"Yo no sé qué hacer; yo soy todo eso que no sabe qué hacer" ––suspira el hombre moderno. De esa modernidad hemos estado enfermos–– de paz ambigua, de compromiso cobarde, de toda la virtuosa suciedad propia de sí y el no moderno. Esa tolerancia y largeur [amplitud] de corazón que "perdona" todo porque "comprende" todo es sirocco [siroco] para nosotros… (27-28).

 

El problema es pensar desde otro horizonte que el de la modernidad, pues desde este horizonte las cosas y el hombre son esencialmente entendidas desde un carácter no "danzarín": las cosas desde leyes y el hombre desde deberes. Tanto el hombre como Naturalezaya no "bailan sobre los pies del azar", sobre los pies de los "dioses", sino sobre el fundamento que los mide, los relaciona y les da a cada uno su justo lugar dentro del tramado lógico de lo necesario, universal y a priori (Zubiri, Naturaleza, Historia, Dios 343-344). ¿Cómo pensar de un modo no moderno, no dialéctico, la articulación misma entre naturaleza y espíritu? Una Naturaleza siempre pensada como exterioridad de fuerzas, desde la intuición y la belleza; y un espíritu, el hombre, pensado desde la interioridad, desde la reflexión y la verdad (Hegel, Fenomenología del espíritu 213). ¿Cómo pensar la Naturalezalejos de categorías matematizables, medibles o exteriorizantes? Esta pregunta no solamente fue el motor que movió el pensamiento de Nietzsche, sino que es la pregunta que movió al empirismo, al racionalismo, al criticismo, al idealismo, al romanticismo, al positivismo, etc., pero las respuestas de estas filosofías siempre fueron unilaterales; mostraban una "perspectiva" muy pobre del problema; una perspectiva con ansias de absolutez; con ansias de dar "una" respuesta total.

Sabemos, después de la filosofía del idealismo, que no podemos pensar Naturalezaen y por sí misma (como si fuera algo en sí), este camino es inviable para el hombre. Pero tampoco podemos dar cuenta del hombre en y por sí mismo; también es inviable caminar por esa senda. No podemos pensar Naturalezaen términos mecánicos de mera ley (como algo que está ahí, como un cierto tipo de centro, de estructura delante del hombre para que él la interrogue a través del instrumento del experimento) (Espinoza, Estructura 332) y menos al hombre como un cierto en sí que también funcione como estructura y centro lógico que lo rige "desde dentro de sí"

La cuestión está en saber hasta qué punto ese juicio favorece la vida, conserva la vida, conserva la especie; y nosotros estamos inclinados por principio a afirmar que los juicios más falsos… son los más imprescindibles para nosotros, que el hombre no podría vivir si no admitiese las ficciones lógicas, si no midiese la realidad con el metro del mundo puramente inventado de lo incondicionado, idéntico-a-sí-mismo (F. Nietzsche, Más allá del bien y del mal 25-26).

 

Contestado por cabreratellojesusedu
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Por que la mayoría de nosotros pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en interiores y en espacios urbanos dominados por edificios, vehículos y otras infraestructuras construidas por los seres humanos. Cuando pensamos y hablamos de la "naturaleza" lo hacemos como si fuera algo diferente, en otro lugar. A menudo lo vemos como un lugar para visitar, para la recreación y la relajación, o un ecosistema que debemos manejar para que nos proporcione alimentos, agua potable, aire fresco y otros "servicios".

Sin embargo, en el mundo moderno, esa parte de nuestro cerebro que responde a las amenazas siempre está sobre estimulada por el estrés y la ansiedad. Nuestros trabajos están dominados por las presiones de la productividad, con plazos e interrupciones incesantes. Nuestros viajes al trabajo, ya sea en coche o en transporte público, están llenos de frustraciones, conflictos y retrasos. Mientras tanto, nos bombardean a través de nuestros teléfonos, computadoras y televisores con noticias de desastres, guerras, atrocidades, odio y luchas políticas que avivan nuestros temores.

Como resultado, en este mundo moderno, nuestros cuerpos de la "edad de piedra" están constantemente en alerta; los diversos neurotransmisores y hormonas inducidas por el estrés se liberan con mucha más frecuencia de lo normal, afectando nuestras vísceras, nuestro sistema inmunológico, nuestros corazones. La solución es simple. Necesitamos pasar más tiempo afuera; la evidencia de los beneficios para la salud y el bienestar es sólida y muy amplia.

 

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