Ciencias Sociales, pregunta formulada por emilymurillojimenez, hace 6 días

¿PORQUÉ LOS PAISES DE AMÉRICA LATINA PARA SU CRECIMIENTO DEPENDEN DE PROCESOS DE REGIONALIZACIÓN?


emilymurillojimenez: ¿PORQUÉ EN LA NUEVA ERA GLOBAL UNA PARTE IMPORTANTE DEL CRECIMIENTO DE LOS PAISES DE AMÉRICA DEPENDEN A SU VEZ DEL ÉXITO O FRACASO DE LOS PROCESOS DE REGIONALIZACIÓN? por favor me ouedes ayudar

Respuestas a la pregunta

Contestado por xiomarabonilla252
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Respuesta:

Presenta un análisis histórico de América Latina en el cual repasa las transformaciones del quehacer económico, político y social de la región. Analiza el proceso ideológico que fundamentó cada etapa, pone de relieve otras aportaciones que buscan una nueva orientación respecto del rumbo que debe seguir nuestro continente y sugiere profundizar en los cambios mediante lo que denomina una regionalización de la globalización. Se trata, en suma, de consolidar los procesos de integración latinoamericana, desde dentro y desde abajo, con la participación activa de la sociedad civil, donde los ciudadanos sean parte fundamental de una agenda interna.

A mediados del siglo XIX el crecimiento de la economía mundial y la expansión secular del comercio internacional constituyen el trasfondo de todo análisis sobre la política y el desarrollo económico de América Latina".1 De esta manera Bulmer-Thomas indica en su notable obra sobre historia económica de América Latina la clave de interpretación de lo que tiene toda la traza de ser un destino. Nos referimos en particular a la historia del presente que arranca en el pasado a mediados del siglo XIX y no a los siglos anteriores de dominación colonial española de ininterrumpido desacierto económico. Fue por aquel entonces, años más, años menos, que el desarrollo pasó a ser una inquieta preocupación de los gobiernos, diríase mejor el progreso para estar a tono con el léxico de la época, particularmente de los círculos liberales.

En el ideario de éstos la senda para llegar a ser imagen y semejanza de los europeos era la exportación. Refiriéndose a los liberales guatemaltecos, Anderson apunta lo que fue una manera de pensar generalizada de los liberales en las excolonias españolas; ellos consideraban "que podían adquirir la cultura del progreso de Europa y Norteamérica" de manera relativamente rápida y "decidieron que el camino más corto para el desarrollo económico era por medio de una creciente y más directa participación de la nación en el sistema comercial del Atlántico Norte, un sistema dominado por los estados que ellos querían emular".2 Había, pues, que consagrarse a la exportación. El progreso vendría de rodado, idea circular de todos los períodos en que la economía ha transcurrido bajo el signo liberal.

Pero al igual que ahora, cien años después en que no parece haberse aprendido nada, se perdieron de vista los formidables problemas que internamente enfrentaban las exportaciones. "El problema no fue la falta de demanda, mucho más importantes fueron las limitaciones a la expansión de la oferta de exportaciones".3 Pesaba de manera abrumadora el endeudamiento externo, lo que obligaba una y otra vez a renegociar la deuda, cuando no a incurrir en moratoria; pesaban con exceso la fragilidad de la hacienda pública, lo exiguo de las instituciones, el aletargamiento del vasto espacio agrario, la inestabilidad política. Algo se hizo en infraestructura, sobre todo en construcción de ferrocarriles, igualmente de espaldas al desarrollo interno, al servicio de una exportación que descansaba sobre una estrecha base (sólo uno o dos productos primarios). "Pero no se analizaba demasiado cómo transformaría el desarrollo del sector exportador al resto de la economía, aunque éste (...) seguía siendo mucho más importante que los anteriormente mencionados".4

Así la idea de desarrollo o de progreso, bien sea como producto automático de las relaciones con el exterior o como acción humana deliberada, nos acompaña desde aquellos lejanos días, regulada por las grandes transformaciones en Europa y Estados Unidos, algo que ahora solemos denominar globalización. Entendida ésta como cambios fundamentales que transforman a la sociedad y no simplemente como transacciones a través de las fronteras, a grandes trazos podríamos identificar tres importantes períodos. Cabe advertir que en lo que sigue quedarán sobrentendidas dos cuestiones, la primera, metodológica, que en la historia toda fijación de límites es arbitraria, la fotografía instantánea de un vuelo detenido y, la segunda, epistemológica, que el antecedente de esos tres períodos es el radical ajuste de cuentas que con anterioridad acometió el capitalismo con singular energía contra todas las instituciones y remanentes medievales.

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