Porque las necesidades son subjetivas
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Respuesta:
Las necesidades básicas son definidas aquí como objetivas, transhistóricas y universales. Aquí la idea de necesidades objetivas tiene un fundamento epistemológico , asociado al hecho de que los humanos podemos llegar a conocer verdades objetivas, aunque sea de manera imperfecta, gradual o aproximada. Por lo tanto, el estudio sistemático de las leyes que gobiernan nuestra naturaleza humana puede llevarnos a una elucidación verdadera de nuestras necesidades. Sin embargo, dentro de este concepto «esencialista» o «metafísico» de necesidades objetivas, cabe distinguir entre las necesidades básicas esenciales y las necesidades básicas existenciales.
Las necesidades básicas existenciales son también objetivas, pero poseen una naturaleza concreta y, por lo tanto, históricamente situada. Desde un punto de vista práctico, lo que interesa considerar son las necesidades básicas existenciales. Éstas derivan de las necesidades esenciales inherentes a la naturaleza humana de cada uno. Por ejemplo, la necesidad de contar con un eficiente sistema de transporte urbano en las metrópolis contemporáneas deriva de la naturaleza espacialmente móvil que es propia de los primates superiores y de la consecuente necesidad objetiva de desplazamiento.
En la esfera práctica lo que caracteriza las necesidades objetivas existenciales es que su no satisfacción impide la actualización de las capacidades concretas, requeridas por la sociedad y detentadas potencialmente en cada persona. Son esas necesidades existenciales las que requieren de la provisión de satisfactores constitutivos de una canasta básica compuesta por bienes no solo económicos, sino también biológico-ambientales, culturales y políticos. Por lo tanto, la escasez se distribuye de diferente manera a escala social, de acuerdo con el acceso de las personas al poder adquisitivo general. De esta manera, el mundo del mercado se aísla del mundo de las necesidades humanas objetivas, las que son reemplazadas por las preferencias reveladas de consumidores individuales, sin aclarar si estos están suficientemente dotados de poder adquisitivo general.
Así, las necesidades objetivas de los seres humanos quedan desterradas de la teoría económica académicamente dominante y son sustituidas en ella por las preferencias subjetivas de consumidores dotados de poder adquisitivo general. Esto nos conduce a la conclusión de que la satisfacción de las necesidades básicas objetivas tiene lugar siempre en el interior de un determinado sistema de poder. Como el tema es multidimensional, desde una perspectiva de la praxis política, no se resuelve tomando el poder detentado por el gobierno para imponer un igualitarismo económico, porque esto no elimina profundas estructuras latentes que terminan por revertir esos actos «revolucionarios». El tema depende de profundos factores culturales que están enraizados en el uso cotidiano que todos los humanos hacen de sus posiciones institucionalizadas de poder y libertad.
Sin embargo, admitido todo esto, diremos que desde el punto de vista de la filosofía de la historia, el principal factor transformador de las estructuras sociales ha sido, es y será el cambio técnico, socialmente generalizado e incorporado a las prácticas habituales de la mayoría de la sociedad. Atendiendo al hecho de que el poder detentado por las personas depende de la posición ocupada por estas en las estructuras sociales, estas tecnologías están cambiando y democratizando rápidamente las estructuras sociales.
Poder y necesidades humanas
La existencia de necesidades recurrentes de satisfacción habitual a través de mecanismos sociales, genera situaciones asimétricas de poder, según las cuales los que padecen necesidades insatisfechas , dependen de aquellos que controlan socialmente los satisfactores que los primeros requieren. Las instituciones que regulan esas relaciones sociales son la fuente que distribuye el poder estructurado, dando lugar a relaciones asimétricas que pueden ser denominadas estructuras de dominación. No todas estas estructuras son injustas , pero sin duda son asimétricas. El poder adquisitivo general es, por definición, una forma social de poder que se ejerce a través de las estructuras de mercado.
Si es un inversionista , puede adquirir los recursos productivos que necesita y, en especial, los recursos humanos que se ofrecen a cambio de un salario. El tema de los recursos humanos tiene, como es obvio, su contrapartida política, social y ética. Esas posiciones de poder no se reducen a las relaciones sociales de producción , sino que también abarcan dimensiones biológico-ambientales, culturales y políticas, que influyen indirectamente sobre aquellas y se expresan en cada transacción concreta. El concepto de necesidades humanas básicas puede abarcar esas otras dimensiones.
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