porque la Violencia Fue Una Herramienta Politica En Colombia Durante El Siglo xx
Respuestas a la pregunta
Política y violencia en Colombia
Luís Eduardo Celis
Coordinador del Programa de Política Pública de Paz de la
Corporación Nuevo Arco Iris.
Contexto histórico
La sociedad colombiana se ha construido en medio de un permanente ejercicio de
violencias, así lo fue en su proceso de independencia del coloniaje español, en su
conformación como República Independiente vivió más de veinte guerras civiles y
cerró el siglo XIX y le dio la bienvenida al siglo XX, con la más grande y extendida
de ellas, la que se conoce en nuestra historia como la “Guerra de los mil días”, los
triunfadores, el Partido Conservador impuso una relativa calma, producto de su
supremacía e inicio por tres décadas de una “hegemonía conservadora”, que va a
ser quebrada por la “República Liberal” y la “revolución en marcha”, liderada por
Alfonso López Pumarejo, elegido presidente en 1934.
La violencia en Colombia, practicada como un mecanismo racional de ejercicio de
la política, ha sido una obra constante, por medio del cual se dirimen los conflictos,
se defiende un orden social o se le reta, en la historia del siglo XX, es claro como
los intentos de modernización, entendida esta como la incorporación de derechos
y reconocimiento de la existencia de grupos sociales nacientes, como lo fue la
clase obrera en la década de los treinta o la importancia de la tierra, para millones
de excluidos de ella y la necesaria modernización de las relaciones sociales en el
campo colombiano; que mantenían relaciones de servidumbre y subordinación
más asimiladas a formas feudales de organización que chocaban con las
aspiraciones de autonomía y libertad de millones de desposeídos de la tierra.
Ese fue el trasfondo social que intentó transformar las iniciativas del presidente
López Pumarejo, consignadas en la reforma constitucional de 1936, que
estableció un intervencionismo del Estado en la regulación de la propiedad, a la
cual le otorgó un sentido social, la propiedad debía responder a unos interés de
bienestar y equidad y no era sola ni exclusivamente un mecanismo económico,
para su momento toda una revolución en el sentido de proponerse transformar
relaciones sociales, profundamente arraigadas, igual esfuerzo constituyó el
reconocimiento legal de la organización de los trabajadores en asociaciones
sindicales, el derecho de presentar pliegos colectivos y de negociarlos desde sus
organizaciones y las posibilidades de huelga, tres mecanismos básicos:
organización, negociación colectiva y huelga, que le dieron a los trabajadores
identidad y fuerza social.