Historia, pregunta formulada por valmay19510, hace 9 meses

porque la libertad de imprenta se considera un logro de la republica resturada ?

Respuestas a la pregunta

Contestado por miguelsanchezcam
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Respuesta:

En abril de 1865 —primer aniversario de por esta razón los maestros dicen que estas páginas no la feria internacional de la aceptación del trono de México por Maximiliano—, quiso el archiduque expedir una serie de decretos en busca de mayor popularidad que, desgraciadamente para él, produjeron el efecto contrario. Entre tales leyes se dio una de imprenta que aparentemente garantizaba la libertad de prensa, pero que estudiándola con detenimiento resultaba todo lo contrario.Además establecía los dos procedimientos, judicial y administrativo, que terminaban con la escasa garantía que pudiera esperarse del primero. Ese mismo día, Maximiliano puso en libertad a varios periodistas que habían atacado las iniquidades cometidas por las cortes marciales, no sin antes consultarlo y quizá suplicarlo al mariscal Bazaine.

Ocho días después del citado decreto sobre la imprenta, Maximiliano salió de la capital rumbo al este, para conocer algunos pueblos y observar el adelanto de las obras del ferrocarril México-Veracruz, según informó El Diario del Imperio.

A fines de 1865, Maximiliano fue engañado por el mariscal Bazaine, este le dijo que Juárez había salido del territorio nacional y el Emperador lanzó una proclama que decía: «Mexicanos: la causa que con tanto valor y constancia sostuvo don Benito Juárez había ya sucumbido no solo a la voluntad nacional, sino ante la misma ley que este caudillo invocaba en apoyo de sus títulos, Hoy, hasta la bandera en que degeneró dicha causa ha quedado abandonada por la salida de su jefe del territorio patrio».[1]​

Maximiliano reviviendo la ley juarista del 25 de enero de 1862, aprobó que se ejecutara «dentro de 24 horas a todo el que fuera cogido con las armas en la mano, cualquiera que fuera la causa política que defendía, así como a sus cómplices y encubridores». A esta ley acompañó Bazaine una circular confidencial fechada el 11 del mismo mes, en que ordenaba a sus tropas que no se hicieran prisioneros, sino que todo individuo cogido con armas debía ser fusilado; porque, decía, «es preciso por ambas partes matar o hacerse matar».

Arribó a Matamoros un barco americano cargado con 8 mil pistolas, 4700 rifles, dos baterías de 12 piezas de artillería cada una, enorme cantidad de pertrechos y peritos norteamericanos para el general Mariano Escobedo. Por su parte, Ramón Corona, otro jefe juarista, recibía el auxilio de otros expertos procedentes de la Alta California as! como gran cantidad de armas. Sin embargo, el 12 de junio de 1866 —segundo aniversario de la entrada de Maximiliano a México— El Diario del Imperio presentaba un panorama totalmente halagüeño y predecía grandes cosas para el futuro. Había comenzado el principio del fin.

Pero el 2 de octubre de 1866, El Diario del Imperio, anunciaba falsamente el retorno de la Emperatriz: «Con las noticias recibidas por el correo de ayer, se ha sabido que S. M. la emperatriz debe haber concluido los diversos negocios de su misión. S. M. se propone volver por el vapor del 16 de octubre; de modo que se espera su llegada a Veracruz para el día ocho o diez de noviembre. Por ahora S. M. se encuentra en Roma».

Al empezar 1867 la situación del Imperio era muy precaria y el fin se adivinaba ya. A excepción del triunfo de Miramón en Zacatecas, en que estuvo a punto de capturar a Juárez, las armas republicanas se adueñaron de la situación. La última esperanza era Querétaro, y hacia allá se dirigió el emperador Maximiliano para librar su última

El fin lo apresuró la traición del coronel Miguel López, comandante del Regimiento de la Emperatriz, quien por cierta cantidad de dinero y garantizada la vida, entregó a los republicanos el convento de La Cruz la madrugada del 15 de mayo de 1867. Maximiliano, Miramón y Mejía fueron hechos prisioneros, juzgados y ejecutados el 19 de junio del propio año en el Cerro de las Campanas.

Juárez entró a la capital de la República el 15 de julio de 1867. Y ese mismo día empezó a gestarse la revolución en turno. Resulta que el 20 de junio de aquel año, don Porfirio Díaz, comandante en jefe del Ejército de Oriente, ocupó la ciudad de México tras un prolongado sitio y de inmediato se dio a la tarea de arreglar un poco la desolada urbe para recibir dignamente al Presidente, y para el efecto mandó instalar una serie de arcos triunfales, inscripciones y banderolas, que iban desde Chapultepec hasta Palacio Nacional. Pero al acercarse Juárez en su negra carroza hacia la capital aquel 15 de julio, recibió fríamente al general Díaz, que con su escolta había acudido a darle la bienvenida.


valmay19510: gracias!..
miguelsanchezcam: De nada
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