porque la imagen del cuerpo es relacional.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El concepto de imagen personal tiene múltiples aristas que es necesario revisar para comprender la profundidad del mismo y el impacto que tiene en la vida de las personas tanto intra- psíquicamente como socialmente y en su vida de relación.
Todas las personas contamos con una imagen personal formada por diferentes aspectos que incluyen por supuesto las características físicas y netamente estéticas, entendiendo por esto la apariencia general y los detalles que la conforman como el maquillaje, el corte de cabello elegido, los colores predominantes en el vestuario, el aseo, las fragancias, los cortes de vestuario y accesorios, pero sin limitarse a ellos ya que también abarcan aspectos más abstractos como la forma de vincularse con el entorno, los modelos mentales, la filosofía de vida, la ideología y el respeto (o no) a las convenciones sociales. También forman parte de la imagen personal el nivel de lenguaje que se maneja (independiente aunque a veces relacionado con) la formación educativa que ha tenido el sujeto, las costumbres aprendidas en su entorno social y profesional y la postura corporal.
Esta imagen personal es en primera y más importante instancia una comunicación acerca de nosotros. Comunicamos a través de ella y sus múltiples niveles datos sobre nosotros: cómo es nuestro carácter, cuáles son nuestros gustos estéticos, nuestros anhelos, nuestra posición social (real o aspiracional), nuestro carácter, nuestros valores y miles de detalles más.
Al equiparar imagen personal con comunicación, estamos diciendo en conclusión que es imposible no tener una imagen. Se puede tener una buena imagen, una mala imagen, una imagen mediocre, simpática o indeseable. Pero no hay forma de elegir no tener una imagen personal, pública y privada. Pues tenemos una imagen personal hasta ante nuestros propios ojos, relacionada íntimamente con nuestra autoestima y con lo que significamos para nosotros mismos.
La imagen personal además es una de las herramientas que usamos –consciente o inconscientemente– para poder relacionarnos con el entorno y llevar adelante nuestra vida en este mundo. En el mejor de los casos, gerenciamos nuestra imagen a fin de producir los resultados más convenientes para nuestros fines cualesquiera sean: conseguir un trabajo, un ascenso, suscitar el interés en otra persona, mantener un círculo de amigos contenedor, etc.
En el peor, esta comunicación se produce sin el menor control, quedando a la suerte de cada quien los resultados, a veces buenos, otras, desastrosos.
Y como en toda comunicación, no debemos olvidar el feed-back que vamos a recibir del mensaje que hayamos emitido voluntariamente o no.
Esta devolución desde el exterior va a influir siempre de alguna manera en la gestión de nuestra imagen, sobre todo a nivel emocional y de autoestima porque a través de la respuesta externa corregimos o reforzamos conductas y conceptos acerca de nosotros mismos.
Autoestima
La autoestima es el sentimiento valorativo de nuestro ser en su totalidad incluyendo los rasgos corporales, mentales y espirituales que conforman la personalidad. Esta autoestima se va gestando desde la niñez, se aprende y se puede modificar. Tiene varias dimensiones: física, afectiva, social, ética y académica, que dan cuenta de diversas áreas dedesempeñodelapersona.
La autoestima nos indicará la idea, opinión o creencia que tiene una persona sobre su carácter, su personalidad y su conducta, la valoración adecuada o no de lo que tiene de positivo o negativo en todas las áreas tanto físicas como espirituales y hace referencia netamente a la sensación de estar a gusto o disgusto consigo mismo.
Esta sensación a que hacemos referencia es quizás el aspecto más representativo de la autoestima, ya que es la evaluación que llevamos adelante sobre los valores y contravalores que advertimos en nosotros mismos, que produce un sentimiento de admiración, respeto o dolor íntimos con respecto a quiénes somos en relación a quiénes querríamos ser.
La autoestima se gesta, afianza y alimenta a partir de tres pilares: La significación familiar - El logro de los objetivos - El amor/aprobación de las personas significativas que nos rodean.
En base a la autoestima que poseamos en cierto momento potenciaremos o anularemos nuestra capacidad de desarrollar las habilidades internas o de relación y aumentar así el nivel de seguridad en uno mismo.
El ámbito donde comienza a formarse la autoestima es por supuesto el seno familiar, donde se incorporan los valores, reglas y conceptos. A esto se refiere significación familiar.
Desde muy pequeños incluso antes de nacer ya se tiene en la familia un lugar determinado y que va a comenzar a formar un concepto de cómo nos ven nuestros mayores significativos –padre/madre– el tesorito de la casa, el milagro y/u otras menos favorecedoras y posteriormente el resto de nuestro entorno ampliado, compañeros de juego y escolares, profesores, etc. colaborará a formarla, rectificarla o reforzarla.
Respuesta:
La condición humana de vivir en sociedad implica una influencia insoslayable del entorno en el psiquismo de la persona. A través de las relaciones con los otros se gestarán las más importantes herramientas y características de cada uno de nosotros. La relación con otro es la base para la construcción de la autoestima, de la identidad y el desarrollo personal en general, partiendo de ese uno indispensable que es la madre, sin la cual no puede haber vida.
Dentro de todos los fenómenos sociales que circundan el devenir del ser humano como tal: política, economía, arte, etc, no podemos negar la importancia de la moda como instauradora de modelos a seguir y como rectora de los límites de lo que es aceptable y lo que no en lo que a apariencia se refiere.
¿Qué ocurre cuando desde su aspecto las personas y sobre todo las mujeres se alejan de este modelo de belleza impuesto externamente? ¿Cuál es el rol del asesoramiento de imagen en este panorama, y hacia adónde nos encaminamos?
Construcción de la imagen personal
El concepto de imagen personal tiene múltiples aristas que es necesario revisar para comprender la profundidad del mismo y el impacto que tiene en la vida de las personas tanto intra- psíquicamente como socialmente y en su vida de relación.
Todas las personas contamos con una imagen personal formada por diferentes aspectos que incluyen por supuesto las características físicas y netamente estéticas, entendiendo por esto la apariencia general y los detalles que la conforman como el maquillaje, el corte de cabello elegido, los colores predominantes en el vestuario, el aseo, las fragancias, los cortes de vestuario y accesorios, pero sin limitarse a ellos ya que también abarcan aspectos más abstractos como la forma de vincularse con el entorno, los modelos mentales, la filosofía de vida, la ideología y el respeto (o no) a las convenciones sociales. También forman parte de la imagen personal el nivel de lenguaje que se maneja (independiente aunque a veces relacionado con) la formación educativa que ha tenido el sujeto, las costumbres aprendidas en su entorno social y profesional y la postura corporal.
Esta imagen personal es en primera y más importante instancia una comunicación acerca de nosotros. Comunicamos a través de ella y sus múltiples niveles datos sobre nosotros: cómo es nuestro carácter, cuáles son nuestros gustos estéticos, nuestros anhelos, nuestra posición social (real o aspiracional), nuestro carácter, nuestros valores y miles de detalles más.
Al equiparar imagen personal con comunicación, estamos diciendo en conclusión que es imposible no tener una imagen. Se puede tener una buena imagen, una mala imagen, una imagen mediocre, simpática o indeseable. Pero no hay forma de elegir no tener una imagen personal, pública y privada. Pues tenemos una imagen personal hasta ante nuestros propios ojos, relacionada íntimamente con nuestra autoestima y con lo que significamos para nosotros mismos.
La imagen personal además es una de las herramientas que usamos –consciente o inconscientemente– para poder relacionarnos con el entorno y llevar adelante nuestra vida en este mundo. En el mejor de los casos, gerenciamos nuestra imagen a fin de producir los resultados más convenientes para nuestros fines cualesquiera sean: conseguir un trabajo, un ascenso, suscitar el interés en otra persona, mantener un círculo de amigos contenedor, etc.
En el peor, esta comunicación se produce sin el menor control, quedando a la suerte de cada quien los resultados, a veces buenos, otras, desastrosos.
Y como en toda comunicación, no debemos olvidar el feed-back que vamos a recibir del mensaje que hayamos emitido voluntariamente o no.
Esta devolución desde el exterior va a influir siempre de alguna manera en la gestión de nuestra imagen, sobre todo a nivel emocional y de autoestima porque a través de la respuesta externa corregimos o reforzamos conductas y conceptos acerca de nosotros mismos.
Esto tambien está relacionado con el autoestima.
Explicación: