porque la iglesia no puede ser entendida como pueblo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
por que es religiosa
Respuesta:
Nos proponemos entregar algunas pistas para comprender mejor la realidad de la Iglesia como "sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano" (LG 1), es decir, como espacio sagrado de encuentro.
En primer lugar aclaremos que cuando hablamos de espacio sagrado aludimos a aquella o aquellas realidades que refieren al fundamento trascendente de toda criatura que es además condición de posibilidad de toda existencia. Espacio sagrado es, en un sentido muy básico, aquel lugar o situación que permite al hombre experimentar su condición de criatura y de esencial dependencia, a partir de la experiencia todavía anterior de Aquello que es "absolutamente inaccesible", pero del cual a la vez dependo radicalmente (1).
Y cuando hablamos de espacio de encuentro no nos referimos a un espacio mensurable y geométrico, sino al espacio originario "de lo que está a la mano" (2), de lo familiar. Es aquella "zona" en donde encuentro las cosas, en donde ellas se acercan y son "útiles" para mí. Y en cuanto sagrada, esa zona se hace teofánica en tanto que signo de la divinidad, remite al fundamento y expresa lo trascendente.
Decimos esto para focalizar el tema de la Iglesia, no principalmente en los aspectos espaciales externos (templo, lugares), sino en su constitución fundamental, como "acontecimiento institucional" de encuentro.
1. LA IGLESIA COMO ESPACIO SOCIAL DE LA FE
Si recurrimos a algunos aspectos de la teoría de la acción comunicativa (3) podemos afirmar que la Iglesia es "el espacio social" de la fe. En efecto, toda acción en donde los hombres intentan entenderse entre sí, a pesar de todos sus límites y fallos, supone una estructura comunicativa que permita tal comunicación. Entraña un consenso mínimo que permita esa comunicación: objetivos comunes, expectativas compartidas, y el supuesto fundamental de que se desea y se es capaz de comunicarse. En ese sentido todo acto comunicativo supone una comunidad de comunicación "ideal" como condición de posibilidad trascendental para tal comunicación (4). A la luz de eso, en un primer nivel de comprensión, podemos concebir a la Iglesia como ese espacio "ideal" que permite la fe y el encuentro con Dios. Ahora bien, este espacio social mediador supone algo común entre los sujetos comunicantes, un medio de coincidencia que no se identifique sin más con esos mismos sujetos, que a su vez son diversos entre sí. Supone entonces "un 'medio' social diverso de ellos, relativamente autónomo y capaz de conciliarlos entre sí" (5). Sin embargo, este medio social no se da con total independencia de los sujetos, sino que se realiza como su expresión objetivada, mediante el lenguaje. La comunidad es el resultado de la interacción de las personas, pero a la vez, es el espacio posibilitador de esa misma interacción y comunicación. De ahí que se pueda afirmar que la comunidad es algo más que la suma de sus miembros.
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