¿PORQUE LA FILOSOFIA ES UN HECHO?
¿ES ALGO QUE SUCEDE ANTE LA PRESENCIA DEL HOMBRE EN EL MUNDO?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La palabra hecho es un término, según el filósofo (Ludwig Wittgenstein) que puede ser definido como "esto es el caso", pero se refiere a una noción muy primitiva. Así, si "es el caso" que los árboles son seres vivos, entonces es un hecho que los árboles son seres vivos.
Desde el punto de vista intuitivo, hecho es cualquier cosa que realmente ha pasado, ya sea que se continúe en el tiempo o no.
El hecho puede ser cuestionado . Un hecho puede invalidar una opinión, pero una opinión nunca puede cambiar un hecho.
En jurisprudencia un hecho se considera la materialización de un delito.
Cada hombre, en su ser y en su hacer, tiene mucho de original, pero no es pura originalidad, como nos lo quieren hacer creer los nominalistas contemporáneos (los existencialistas). Es claro que la descripción y la historia de los hombres concretos nos dicen mucho, pero no nos lo dicen todo. La última palabra queda reservada, en el orden natural, a la especulación metafísica.
La humanidad no puede ser concebida como una vasta máquina que fabrica hombres indiferenciados o diferenciados conforme a tipos. Son los hombres -dramas vivientes análogos-, los que forman ese conjunto o síntesis trascendental que llamamos humanidad. Yo me reconozco semejante en mi naturaleza a los otros hombres. Convivo con ellos y a ellos me siento vinculado de mil modos. Si por una parte me siento incrustado en la humanidad, por mi origen, mi educación, mi vida corporal, intelectual y sentimental, por la otra tiendo a afirmar mi autonomía, mi originalidad, mi libertad, mi personalidad. Tengo la convicción de ser un «centro autónomo», un ser completo, un todo activo y valioso. Me sitúo frente a la naturaleza al preguntarme lo que las cosas son en sí mismas, al inquirir por el orden fenoménico. Esto no lo podría hacer si toda mi actividad estuviese implicada en la evolución material del universo en que vivo. Cuando digo que las cosas son «así», tengo la certeza de alcanzar un conocimiento estable. Conociendo verdades puras y definitivas escapo al flujo temporal, me sustraigo a toda relatividad y a todo devenir. Porque para establecer acontecimientos históricos y referir sus relaciones temporales con otros acontecimientos es preciso que considere a estos acontecimientos desde más arriba, metahistóricamente.
Si podemos sustraernos a las leyes de la materia es porque no somos puramente materiales. Si habitamos este universo, cuya materia pesa sobre nuestro impulso vital e impone su sello de duración temporal, es porque no somos puro espíritu. ¿Por qué no aceptar, entonces, una imagen del hombre que sea el reflejo de ese conflicto vivo entre el espíritu y la materia, el tiempo y la eternidad?