porque la doctrina calvinista fortalecio el capitalismo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
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Explicación:
Este tercer punto es el central de los cinco, y también la verdad central del evangelio, el propósito de la muerte de Cristo en la cruz. Esto no es accidental, porque la enseñanza de la Biblia ha puesto al hombre bajo del título general de depravación total, o inhabilidad total. Segundo, como algunos hombres y mujeres son indudablemente salvos, entonces tiene que haber sido Dios mismo quien los salvó en distinción del resto de la humanidad. Esto es elección: “Para que el propósito de Dios conforme a la elección, permaneciese…” [Rom 9:11]. Sin embargo, esta elección solo “marcó la casa, a la cual la salvación debe viajar”, y una expiación completa, perfecta y satisfactoria todavía era requerida para los pecados de los elegidos, para que Dios fuera no solamente un Salvador, sino un Dios justo, y un Salvador”. Esta expiación fue realizada por la sumisión voluntaria de Cristo a la muerte en la cruz, donde sufrió bajo la justicia de este Dios justo, y procuró la salvación que Él, como Salvador, había ordenado. En la cruz, entonces y, sin duda, todos aceptamos esto, Cristo soportó el castigo y procuró la salvación. Ahora se plantea la pregunta: ¿por quién soportó el castigo?, y ¿para quién procuró la salvación? Hay tres caminos por los cuales se puede viajar respecto a esto: 1. Cristo murió para salvar a todo hombre, sin distinción. 2. Cristo murió para salvar a nadie en particular. 3. Cristo murió para salvar a cierto número.
El primer punto de vista es el sostenido por “Universalistas”, a saber: Cristo murió para salvar a todos los hombres, y así, muy lógicamente, asumen que todos los hombres serán salvos. Si Cristo ha pagado la deuda del pecado, ha salvado, rescatado, dado Su vida, por todos los hombres; entonces, todos los hombres serán salvos.
El segundo punto de vista implica que Cristo procuró una salvación potencial para todos los hombres. Cristo murió en la cruz, pero aunque pagó la deuda de nuestros pecados, su obra en la cruz no es eficaz hasta que el hombre se “decida por” Cristo y, de ese modo, sea salvo.
El tercer punto de vista dice que Cristo murió positiva y efectivamente para salvar a cierto número de pecadores que merecían el infierno, en quienes el Padre había puesto su libre elegible amor. El Hijo paga la deuda por estos elegidos, hace satisfacción por ellos a la justicia del Padre, e imputa Su propia justicia a ellos, para que sean completos en Él.