porque la asamblea nacional acordó llamarse Constituyente?
Respuestas a la pregunta
para como lo dice su nombre constituir reglas en este caso leyes sobre el pueblo en este caso nacion
Respuesta: La Asamblea Constituyente. La Asamblea Nacional toma el nombre de Asamblea Constituyente (9 de julio de 1789 ), porque su finalidad era redactar una Constitución, es decir, una ley fundamental que organizase de otro modo la monarquía francesa.
Explicación: Los diputados de los Estados Generales de Francia parecían haber ganado ya su batalla política, de modo que en un breve plazo Francia se convertiría en una monarquía constitucional. Sin embargo, el rey Luis XVI cometía un error tras otro. Después de haber dado su conformidad a la Asamblea Constituyente, concentró varios regimientos alrededor de Versalles. Se extendieron rumores entre el pueblo sobre un complot de la nobleza, se dijo que los diputados de la Asamblea serían ahogados en sangre. Oradores improvisados, como Camille Desmoulins, incitaban al pueblo a tomar las armas. El 2 de julio de 1789, el marqués de Sade gritaba a la calle desde su celda de la Bastilla que iban a degollar a todos los prisioneros. El 4 de julio fue trasladado a un manicomio.
El 6 de julio la Asamblea Nacional nombró una comisión para que redactara un proyecto de Constitución, y el 9 de julio decidió cambiar su nombre por el de Asamblea Constituyente. Marat publicó un nuevo panfleto titulado La Constitution.
El 11 de julio el rey despidió a Necker, al que veía demasiado entusiasmado con las reformas. De este modo, sus recelos quedaron patentes. El 12 de julio, al conocer la noticia, Desmoulins convocó al pueblo a manifestarse ante el palacio real.
Recientemente, el rey Carlos IV de España había tenido una hija, María Isabel. Hasta la fecha había tenido seis hijos varones y cinco hijas, pero todos los varones habían muerto prematuramente excepto dos, Fernando, que iba a cumplir los cinco años, y Carlos María Isidro, de un año. En cambio, de las hijas sólo se le había muerto una. Temiendo que pudiera perder a sus dos varones, convocó las Cortes para que aprobaran la Pragmática Sanción de 1789, por la que se derogaba la Ley Sálica que Felipe V había introducido al ascender al trono español. La pargmática fue aprobada, pero no fue publicada, pues hubiera sido de mal gusto que el monarca reconociera sus recelos de que sus hijos murieran.
Thomas Hudson, el capitán británico al que José Esteban Martínez había expulsado de la bahía de Nutka, decidió que no tenía nada que hacer en China y se volvió a atrás. No intentó penetrar en la bahía, pero fue avistado por los españoles, que lo capturaron y le requisaron el barco. En la bahía de Nutka vivían los indios Nuu-chah-nuhlt, que consideraban plenamente satisfactorias sus relaciones comerciales con los británicos y veían con consternación que los españoles las estuvieran saboteando. El 13 de julio, el jefe Maquinna envió a su hijo Callicum a entrevistarse con los españoles, pero éstos le dispararon mientras se acercaba.
Ese mismo día murió el marqués de Mirabeau, pero su hijo Gabriel heredó únicamente el título de conde de Mirabeau. Esa noche se provocaron incendios en París y se constituyó una nueva guardia, pronto conocida como guardia nacional, dirigida por La Fayette, con el fin de evitar tanto los excesos de los ciudadanos como los de las tropas del rey. Sus miembros se distinguían por una insignia roja y azul, los colores de París. Los sublevados levantaron barricadas en las calles para oponerse a las tropas del rey. En la mañana del 14 de julio, el precio del pan superó todas las cotas precedentes. Se extendió el rumor de que el rey iba a ordenar que dispararan al pueblo desde la Bastilla, y una multitud de cerca de 50.000 personas se concentró ante el castillo, después de haber asaltado el hospital de los Inválidos, un cuartel-museo en el que obtuvieron armas. Los intentos de conciliación fracasaron y los soldados dispararon, pero numerosos guardias se unieron a los manifestantes y la Bastilla fue tomada. El populacho se hizo así con millares de fusiles y todos los prisioneros fueron liberados (todos eran siete: cuatro falsificadores, dos locos y un noble libertino). Tanto el gobernador De Launay como el preboste de los comerciantes fueron decapitados y sus cabezas fueron paseadas en lo alto de sendas picas. Cuentan que, cuando el rey se enteró de la toma de la Bastilla exclamó: "¡Pero esto es un motín!" Y el duque de La Rochefoucauld le replicó: "No sire, es una revolución".