porque kandinsky le tanta importacia a la linea en sus obras
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Parece la obra chapucera de un niño sin talento de ocho o nueve años». De esta forma, y sin paños calientes que amortiguaran sus francas pero afiladas palabras, definió Adolf Hitler la obra de Wassily Kandinsky en 1937. Los «garabatos» del ruso, que con el tiempo se convertirían en admiradas obras de arte, no fueron los únicos a los que el mandatario alemán calificó de «arte degenerado». Junto a ellos, una compilación de más de 500 trabajos de Monet, Manet, Renoir, Gauguin, Van Gogh, Modigliani, De Chirico, Chagall, Cezanne, Picasso, Grosz, Kirchner, Matisse o Klee fue abierta al público en Munich, y viajó posteriormente entre Alemania y Austria, con el único objetivo de ridiculizar la destreza de tales genios vanguardistas. El arte moderno nunca fue plato de buen gusto para el Führer y su régimen. Pero ni siquiera eso pudo apagar su esplendor.
Las pinceladas de Wassily Kandinsky maduraron bien y, con los años, se alzaron como el génesis de la pintura abstracta. El genio ruso, sin embargo, nunca llegó a saberlo. Como sucede habitualmente, y a pesar de que vivió casi 80 años, el éxito llegó más bien tarde. Nació el 16 de diciembre de 1866, hace hoy 148 años. Estudió derecho y económicas, se casó con su prima y, posteriormente, se trasladó a Alemania, donde se codeó con coetaneos expresionistas, se sumergió de lleno en el mundo del arte y fundó el célebre grupo de artistas Jinete Azul. Pintaba en esta primera etapa paisajes sombríos, que evolucionaron hacia una intensidad casi fauve, y temas fantásticos basados en tradiciones folclóricas rusas o en la Edad Media alemana.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, Wassily Kandinsky abandonó Munich y puso rumbo a Suiza con su segunda esposa. Meses más tarde, en plena convulsión europea, regresó a Moscú, donde en 1917 contrajo matrimonio por tercera vez. En 1922 retomó su vida alemana, donde recaló de nuevo para impartir clases en una escuela que marcaría su vida, y sobre todo su trayectoria, para siempre: la Bauhaus. Hacia 1931, los nacionalsocialistas iniciaron una campaña a gran escala contra esta academia artística, que se vio obligada a cerrar en 1932. Y, de nuevo, Wassily Kandinsky escapó. Se fue a Francia, donde murió doce años después