porque hay crisis de valores en la familia
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Crisis de valores en la familia
No basta con traer al mundo un hijo. Hay que asumir con responsabilidad que papá y mamá se deben constituir como dignos exponentes de principios y valores, dando ejemplo con sus actuaciones y no pensando en delegarle a terceros lo que a cada uno le corresponde.
Veo con tristeza cómo los padres de hoy dedican más tiempo a su trabajo, descuidando su misión como maestros de vida de sus propios hijos. Existe una marcada carencia de diálogo, imponen autoridad de manera inadecuada, se desautorizan y para completar, dirimen sus conflictos frente a ellos irrespetándoles y haciéndoles partícipes de sus diferencias e inmadurez.
Muchos de estos padres terminan separándose y convirtiendo a los hijos en su caballito de pelea. ¿Estaremos enfrentando la destrucción de la familia?
Respuesta
Distinguido señor: afrontamos una crisis de valores en la sociedad, la cual influye ostensiblemente en el ámbito familiar. La vida hedonista, el materialismo, el consumismo y la falta de fe llevan a fortalecer antivalores que poco a poco van afectando la convivencia en pareja y la relación con sus hijos.
Es notoria la ‘cultura de la separación’ donde los hijos reciben la peor parte al quedar en medio del conflicto; pues son presionados, manipulados y maltratados por quienes dicen ser sus protectores y facilitadores.
Con este amargo panorama, a mi juicio, se deben implementar escuelas de padres en las instituciones educativas, desarrollar diplomados, especializaciones, cine-foros, conversatorios y programas especiales para brindar a papá y mamá herramientas idóneas que les permita superar sus conflictos con el objetivo primordial de preservar la familia.
Reflexión
No basta con querer a los hijos. Los padres se deben preparar para conocerles y guiarles sabiamente. Deben ser maestros de vida, dignos exponentes de valores humanos que, inculcados en un ambiente de disciplina y amor, facilitarán el desarrollo de su personalidad para emprender la búsqueda de su realización y felicidad.
Quien ama a su hijo lo reprende, no permitirán ni mucho menos propiciará actos de irrespeto que atenten contra la dignidad de las personas; además, sabrán expresar con sinceridad y prudencia lo que piensan o sienten, evitando herir o criticar.
Su autoridad será participativa, firme pero flexible, pensando en el bien de los hijos y la estabilidad de la familia.
El hogar será un lugar luminoso y alegre donde reine la paz, la felicidad, el respeto y el amor.