Ciencias Sociales, pregunta formulada por claudiaceciliapajare, hace 16 horas

Porque Francisco Pizarro y Diego de almagro no pudieron organizar una expedición hacia Biru?​

Respuestas a la pregunta

Contestado por alerodriguez22072007
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Respuesta:

Pizarro tiene cuarenta y cinco años o un poco más, hoy en día la plenitud de la existencia, las inmediaciones de la vejez a comienzos del siglo xvi. El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, entonces empleado de la administración fiscal del Darién, lo conoció bien, en particular durante una estadía profesional de varios meses en Panamá. Pizarro era entonces un hombre de elevada estatura —sin duda heredada de su padre— robusto, de buena estampa, de rasgos agradables, de un comportamiento siempre medido (lento o espacioso), que hablaba poco (de corta conversación) y ya famoso por su merecida reputación de gran valentía1.

2Hace veinte años que lleva una vida aventurera sobre las márgenes de la América colonial en vías de formación, con éxitos muy desiguales y en suma muy mitigados si se tiene en cuenta lo que habían costado: esfuerzos, sufrimientos españoles pero también sangre indígena. En un mundo en el que nada está aún verdaderamente ganado, en el que todo está por hacerse, uno imagina a Pizarro abierto hacia el futuro. Él ignora que tendrá que esperar todavía una larga década la sonrisa decisiva de la Fortuna.

La Compañía del Levante

3El documento notariado más antiguo de Pizarro, Diego de Almagro y Hernando de Luque se remonta precisamente a comienzos del año 1522. Se refiere a una cantidad de unos setecientos pesos enviada a Sevilla y proveniente sin duda del producto de una mina explotada en común con otro socio, un tal Diego de Mora. La colaboración de los dos primeros no era novedad. Desde hacía varios años ya, por lo menos desde 1519 con su participación en la expedición comandada por el licenciado Espinosa, estaban íntimamente asociados en negocios.

4Diego de Almagro era un poco más joven que Pizarro. Nació hacia 1480 en Bolaños de Calatrava, pueblito situado a una legua al este de Almagro en Nueva Castilla. Él también era bastardo de un tal Juan de Montenegro, sin duda hidalgo, que pertenecía a la casa del maese de Calatrava, y de una jovencita del pueblo, nativa de Almagro, Elvira Gutiérrez. Luego de una infancia y una adolescencia oscuras —otro punto en común con Pizarro— de un lado para otro entre la familia de su padre y la de su madre, lo encontramos de criado en Toledo. Posteriormente habría fugado a Sevilla para escapar del castigo probable que iba a valerle un intercambio de navajazos, y se había embarcado en la flota de Pedrarias Dávila a punto de partir para el Darién. Estábamos en 1514. Como Pizarro, su amigo, Almagro participó en el Istmo en varias expediciones. Ahí ganó una excelente reputación de soldado, particularmente eficaz en las zonas de más difícil penetración. Empero, a pesar de sus cualidades, nunca escaló posiciones como hemos visto hacerlo a Francisco Pizarro con el correr de los años.

5Hernando de Luque era un personaje diferente. Andaluz, de Morón de la Frontera en la provincia de Sevilla, no se dispone de información sobre sus orígenes ni sobre sus inicios en la existencia. Seguramente no era de baja extracción pues pudo realizar los estudios necesarios para acceder al sacerdocio. Él también vino a América en la flota de Pedrarias Dávila, acompañando al franciscano Juan de Quevedo, quien partió para dirigir el recién creado obispado del Darién y cuya sede se encontraba en Santa María la Antigua.

6Poco después lo encontramos como miembro del capítulo de la nueva catedral. Ocupaba funciones de maestrescuela pero, como otros muchos españoles de la región, no iba a tardar en sufrir el tropismo del Istmo en donde en adelante todo parecía decidirse. A comienzos de los años 1520, primero de manera episódica y luego definitivamente, se fue a vivir en Panamá, anticipando así el traslado a esa ciudad de la sede episcopal de Santa María la Antigua que tendría lugar en 1527. Sacerdote aparentemente sin problemas —rasgo que en aquella época y en ese medio merece ser destacado—, Hernando de Luque tenía un sentido agudo de los negocios que había hecho de él uno de los hombres más ricos de la región, junto con el gobernador Pedrarias Dávila y el licenciado Espinosa.

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