¿Porque existe mas de un sistema filosófico?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El conocimiento filosófico, como todo conocimiento científico, debe hallarse formando sistema lógico para constituir las ciencias filosóficas, y como este conocimiento es racional, en contraposición al histórico, tendrá que ser desenvolvimiento de un conocimiento fundamental en otros conocimientos en él comprendidos, esto es, ir de la unidad a la variedad, y como el sistema es la forma principal que debe adoptar toda obra que entre dentro del género científico Filosofía, de aquí la razón o motivo para dedicar este artículo al examen reflexivo de los sistemas filosóficos.
Distinción entre doctrina y sistema y entre escuela y sistema filosófico
. En el uso corriente es común confundir doctrina y sistema; así se ve emplear estas palabras como sinónimas, cuando en verdad la doctrina no constituye un sistema filosófico, y en todo caso dice algo distinto, porque expresa más, pues dice, referencia a las creencias individuales, estén o no ordenadas, de suerte que formen un organismo; mientras que el sistema supone siempre la colocación de los conocimientos en forma de organismo, con un desenvolvimiento armónico de la unidad a la variedad, si se trata del racional, o de la variedad a la unidad, si se trata del experimental. Por esto acontece que no todos los filósofos son fundadores de sistemas, pero sí todos tienen una doctrina o conjunto de reglas y preceptos conformes a un sistema filosófico o religioso. En una palabra: la doctrina expresa un conjunto de creencias, estén o no sistematizadas, y el sistema expresa la forma como se organiza el conocimiento o conjunto de conocimientos sobre un punto cualquiera de la ciencia, o sobre una ciencia entera. La palabra doctrina se refiere a la esencia del conocimiento y la palabra sistema a la forma.
. También a los sistemas filosóficos suele dárseles el nombre de escuelas, y no obstante ser estrecha la relación entre escuela filosófica y sistema, hay una diferencia muy marcada, porque el sistema filosófico se refiere especialmente al orden determinado que se da a los conocimientos filosóficos, mientras que el nombre de escuela se aplica al conjunto de los que siguen una doctrina, no obstante que varíen algo el sistema, y aun sigan distintos. Los sistemas hallan su unidad en el pensamiento más general o indeterminado de la escuela. Se puede decir que la escuela es la que da el principio y el método, mientras que el sistema da el desarrollo individual al principio; así, dentro de la escuela escolástica se encuentran tantos y tan distintos pensadores, y dentro de la escuela experimental baconiana caben los sistemas de Locke y Berkeley.
Cosas que se deben tener en cuenta para juzgar de la verdad de un sistema
Al examinar un sistema y dar sobre él nuestra opinión, es muy fácil que seamos seducidos, o bien por el número de adeptos, o bien por la brillantez con que éste sea expuesto, o ya también por su duración o vitalidad en el tiempo; mas téngase en cuenta, que ninguno de estos medios es el más conveniente para juzgar de la verdad de un sistema. No lo es el número de adeptos, porque se trata de cuestiones racionales, y en éstas el número puede ser un indicio de verdad, pero nunca un criterio absoluto; no así tratándose de hechos, porque entonces cuanto mayor número de testigos, mayor prueba tendríamos. No es buen medio la brillantez en la exposición, porque muchas veces ésta suele ser la mejor manera de vestir la falacia, el error. Y por último, no justifica la verdad de un sistema el que dure más o menos, primero porque el número de años no viene a ser otra cosa que la multiplicación de los adeptos o discípulos; y segundo, porque esto puede depender en muchas ocasiones de que dure en los hombres más o menos tiempo una pasión o tendencia. El criterio más seguro para juzgar un sistema filosófico, es ver si reúne la verdad objetiva y subjetiva, empleando para ello los criterios más adecuados para comprobar las verdades racionales, libres de todo prejuicio de escuela, sistema y creencia, pues la verdad debe ser el único fin de la investigación de todo hombre científico que se estime como hombre honrado y de saber probado.