porque en 1908 Díaz no pensaba volver a reelegirse como presidente doy coronita
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
A Partir de 1905, el país padeció un periodo de inestabilidad social y política, que se agudizó por la crisis
mundial de 1907 originada en Estados Unidos, originada por la baja de precios de los metales, lo cual afectó
al sistema monetario y a la industria. Los efectos se dejaron sentir mediante la salida de capitales, así como
el cierre de negocios, industrias y comercios, aumentando así el desempleo y se generalizó la prolongación
forzada de las jornadas de trabajo y los despidos injustificados.
También hubo problemas en el sector agrícola, por las malas cosechas de 1908 y 1909, que afectaron a
hacendados, pero principalmente a los sectores bajos de la sociedad que, como siempre, resistieron la crisis,
situación por la cual aumentó la inconformidad hacia el régimen porfirista.
Como consecuencia, surgieron movimientos sociales de rebeldía, precursores del estallido revolucionario.
Las principales muestras de descontento hacia la dictadura de Díaz se iniciaron a principios del siglo XX. Los
opositores utilizaron las páginas de periódicos como Regeneración, El Hijo del Ahuizote, El Diario del Hogar
y “Tilín Tilín” para fundamentar y divulgar las razones de la inconformidad popular, entre los articulistas más
críticos destacaron por su activismo Filomeno Mata, Luis Cabrera, Antonio Díaz Soto y Gama y los hermanos
Ricardo y Jesús Flores Magón, estos últimos formaron en 1900 el Club liberal Ponciano Arriaga desde el cual
demandaban reformas sociales a favor del proletariado, y el 1903 fundaron el Circulo Liberal.
En respuesta, el periódico Regeneración fue censurado y prohibido, lo que ocasionó la huida de los hermanos
Flores Magón hacia los Estados Unidos, desde donde reanudaron la publicación de su periódico, fundaron el
Partido Liberal Mexicano y publicaron El Plan Liberal, en el que se destacaba la protección a los indígenas la
reorganización de los municipios y la supresión de los jefes políticos.
El punto de partida de las luchas obreras que marcaron el fin del Porfiriato se dio en junio de 1906, cuando
los mineros de la Green Consolidated Mining Co. de Cananea, Sonora, se declararon en huelga, intentando
un arreglo con los trabajadores, el gerente de la compañía accedió a otorgar el incremento demandado, pero
el gobierno de Díaz no se lo permitió. Este hecho dio lugar a una frase célebre de Díaz que el pueblo adopto:
“No me alboroten la caballada”.
Poco tiempo después, en 1907, los obreros de la fábrica textil de Río Blanco, Veracruz, se declararon en
huelga, en apoyo a los obreros de las fábricas de Puebla.
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